Imagen del nuevo espectáculo de la compañía de Carlos Miró, que se verá en el Auditòrium Sa Màniga. | ultimahora.es

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Con la llegada del verano muchos teatros cuelgan el cartel de cerrado hasta septiembre, pero ése no es el caso de algunos espacios de la Part Forana que, a pesar de la crisis, han ajustado su programación estival para seguir ofreciendo propuestas escénicas y musicales, algunas de ellas al aire libre para llevar mejor el calor sofocante de estos meses. «Es evidente que el entorno económico actual exige un gran esfuerzo de contención de los gastos», explica Pere Santandreu, gerente del Auditòrium Sa Màniga, uno de los espacios que sí programan junto a otros, como el Teatre d'Artà, el Teatre de Manacor o el Auditori d'Alcúdia.
La actual situación económica ha provocado que «desde algunos auditorios públicos o grandes centros culturales se haya realizado un buen trabajo de cara a la programación en conjunto, la coordinación, con el objetivo de evitar repeticiones; de gestión eficaz de los recursos públicos y de ofrecer a los ciudadanos unas propuestas amplias», argumenta Santandreu. Sobre la programación de su auditorio, destaca el Dansamàniga d´Estiu, que conforma dos espectáculos. El primero es Moja Eieda: La meva tragèdia, de la compañía de Carlos Miró, y la otra es una función de El lago de los cisnes, a cargo del Ballet de Moscú. También en el mes de julio presentarán Exercicis d´amor, que se representará en la estación de tren de Sant Llorenç.
Por su parte, Mª Isabel Sancho, gerente del Teatre d´Artà, afirma: «Los recortes de subvenciones están por todos los lados, tanto del Consell de Mallorca como en los ayuntamientos desde principios de año. Por supuesto que esto afecta a la programación, que se ha reducido bastante, y no se pueden realizar según qué propuestas». Durante los meses de julio y agosto desde el teatro aprovechan el buen tiempo para llevar a cabo su macrofestival Sent el patrimoni, que cada domingo ofrecerá conciertos en lugares históricos de la localidad como «la ermita o los talaiots».
Algunos teatros afrontan la crisis con gran optimismo, como es el caso del Teatre de Manacor. «A pesar de la crisis, intentamos no reducir la programación», asegura Tomeu Amengual, director de dicho escenario, quien explica: «La cultura es una necesidad vital, por eso intentamos suplir el recorte presupuestario con ingenio y trabajo». La propuesta desde Manacor para el mes de agosto -en julio no habrá- es el Festival de Teatre d'Estiu, en el que participan grupos y compañías de la localidad.
«Este año, el presupuesto de programación del Auditori d´Alcúdia ha sufrido un recorte de 110.000 a 90.000 euros», cuenta por su parte Pedro Malondra, regidor de Cultura del Ajuntament d'Alcúdia, quien asegura que, «en cuanto a taquilla, ha ido razonablemente bien, casi mejor que el año pasado, pero a la hora de contratar hay que ir con mucho más cuidado».