Dibujo de Anglada Camarasa que se expone dese ayer en Caixaforum de Palma.

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Una extensa colección de dibujos, algunos inéditos, además de pinturas y objetos de coleccionista, integran la exposición Anglada-Camarasa, des del dibuix , que ayer se inauguró en Caixafòrum de Palma. Las piezas pertenecen a la colección de la Fundació La Caixa y según explicó la directora de Patrimonio Artístico de la entidad, Nimfa Bisbe, esta muestra, que itinerará por la Península, se enmarca en un proyecto más amplio «de poner en valor, de dar a conocer» éste fondo.

Tras «la elaboración del catálogo razonado de la obra de Anglada-Camarasa y otras investigaciones», que incluyen a los artistas «coetáneos» del pintor o «el simbolismo», así como de la «restauración» de los dibujos, «algunos muy delicados porque están hechos sobre tabla», la Fundació La Caixa, a partir del próximo otoño, remodelará la sala permanente dedicada al pintor en su sede de Palma «con un trabajo museográfico interesante y más didáctico», añadió Bisbe.

Respecto a la exposición Anglada-Camarasa des del dibuix , comisariada por Silvia Pizarro, ésta incidió en la capacidad de «gran dibujante del artista». Anglada «dibujaba para él» como esbozos preparatorios para los óleos. Estos dibujos «son como instantáneas, muchos tienen correcciones, anotaciones, a veces dibujaba en color» y llevaba consigo una caja con una paleta de bolsillo. Durante un tiempo, y para demostrar a los críticos que le acusaban de que no sabía dibujar, que sí sabía hacerlo, Anglada «exponía sus dibujos de academia» al lado de sus mejores lienzos, apuntó Pizarro.

El montaje de la exposición se ha hecho por ámbitos y están representados todos los temas que le interesaban como las mujeres de la vida nocturna de París, los caballos, los gitanos, las manos, paisajes de Pollença, donde vivió y pintó las montañas, la costa y el interior.

Anglada-Camarasa (Barcelona, 1871 - Port de Pollença, 1959) era un maestro en el «tratamiento del color», dijo ayer la comisaria de la exposición, Silvia Pizarro. En su tiempo, fue uno de los «pintores más conocidos de Europa», que exponía con Klimt; Kandinsky conoció su obra, que le influyó, e imponía su criterio a la hora de exponer por encima del de los marchantes.