TW
1

Durante el acto de entrega de la Medalla d'Or de la Comunitat Autònoma, Pere A. Serra no quiso dejar pasar la ocasión para hacer llegar a las autoridades presentes -que están aquí por mi culpa, dijo, lo que me enorgullece y hace que me sienta muy querido- unas cuantas reivindicaciones sobre asuntos que le preocupan y que lamenta: «Que grandes personalidades de la cultura mallorquina, como Ramon Llull, Anselm Turmeda, Jafuda Cresques, Junípero Serra, Guillem Sagrera o Joan Miró estén un tanto olvidadas, que los niños de las escuelas no sepan quiénes fueron».
Y lanzó un reto «que pongo en las manos del conseller Llinàs para que nuestros alumnos sepan más de nuestra cultura». El editor mostró su deseo de que los jóvenes de Balears «estudien a nuestros reyes, pues tuvimos cuatro y muy honorables, uno que fue capaz de levantar el Castell de Bellver y gobernó durante sesenta años; el rey Sanxo, Jaume II y Jaume III fueron grandes figuras de nuestra historia que hoy desconocen nuestros niños». «Hay que popularizar todo esto, hacer el esfuerzo, porque recientemente se celebró el octavo centenario de Jaume I y se habló mucho de él, pero fue el Conquistador y en realidad el rey que menos reinó en Mallorca, porque era rey de muchos sitios», dijo. «Los otros tres hicieron grandes cosas, como la construcción del Castillo de los Reyes de Mallorca en Perpignan, que edificó Jaume II; yo creo que no debería haber ningún mallorquín que no haya viajado allí para conocer esos monumentos, como el Castillo de Nápoles, obra maestra del gótico que diseñó y construyó un arquitecto mallorquín, Guillem Sagrera».
Que Mallorca vaya a más
«Os invito -dijo dirigiéndose a las autoridades- a conseguir que Mallorca vaya a más, que prosperen sus ciudades y sus pueblos, que recuperemos el sentimiento que tuvieron para Mallorca la cantidad de gente, artistas y escritores, que visitaron nuestra Isla hace cien años. Que las aguas vuelvan a tener la transparencia que retrató Joaquim Mir en sus cuadros, hoy sucias porque los grandes cruceros depositan en nuestro mar su basura, a diez millas de la costa. Que las montañas, con sus olivos milenarios, se recuperen, que se conserven y cuiden los bosques de encinas, porque la encina es el árbol característico de Mallorca».
Y desde el punto de vista de la cultura y de la sociedad, Pere A. Serra expresó su deseo de que la generación actual sea capaz de dejar para el futuro un legado tan importante como el que nuestros antepasados dejaron para nosotros. «Nos quedan una serie de edificios fabulosos que nos hacen recordar el pasado. A mí me gustaría que dentro de diez siglos haya edificios, jardines, cosas importantes que hizo la gente del siglo XX y XXI, como este Museo Es Baluard, como Can Prunera en Sóller», una institución museística dedicada al modernismo que visitan miles de extranjeros. «Lo que demuestra que el turismo que viene a Mallorca no sólo viene por el sol y el vino barato. También lo hace por el arte. Es algo que hacen en la Costa Azul francesa, donde el cincuenta por ciento de los turistas visitan los museos».
«Os invito -recalcó- a que quede nuestra huella». Y leyó un poema de Anselm Turmeda del libro El Vol de l'Alosa ilustrado por Miró, que después regaló a la ministra de Cultura: Aqui veurets violers blaves, grogues e vermelles; qui se'n pugen pels noguers roses blanques e vermelles, e d'altres floretes belles, e flors de llis e clavells girofles, safrans novells, e poms d'amors e murtelles.
Se trata de unos versos escritos hace 800 años y que hoy no se podrían escribir porque «ya no tenemos azafrán en los campos ni bellas flores que trepan por los árboles. Estamos en un momento en el que falta la belleza», terminó.