Josep Massot, Nanda Ramon y Llorenç Vila, ayer, en Can Weyler. | Pere Bota

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La excavación arqueológica en las torres de El Temple de Palma, realizada en 2009, ha revelado nuevos datos sobre la, hasta ahora, poco estudiada historia de este vestigio islámico del que, gracias a este trabajo de investigación, podemos conocer su aspecto original. Los resultados fueron presentados ayer públicamente en Can Weyler por la concejala de Cultura de Cort, Nanda Ramon; el arqueólogo Llorenç Vila, que dirigió la excavación, y Josep Massot, de ARCA. Vila acompañó sus explicaciones con reconstrucciones virtuales del edificio mediante planimetría en tres dimensiones.
Según explicó a este diario el citado arqueólogo, entre las novedades que aporta su investigación y la interpretación de los datos obtenidos se encuentran la de «definir el aspecto de El Temple desde su construcción en el siglo XII hasta la actualidad», además de establecer «las tres fases de intervención histórica» más relevantes.
La primera sería la de su construcción y, a la espera de los resultados del carbono 14, «los indicios» apuntan a que fueron levantadas en el primer cuarto del siglo XII, antes de la razia pisano-catalana que tuvo lugar entre 1113 y 1115. «Esta es la hipótesis», reflexionó Vila. Inicialmente, las torres se construyeron «a partir de un cuerpo macizo de tapial» y «estaban conectadas mediante un paso franco que funcionaba de defensa principal de la torre, además del paso de ronda situado en lo que hoy es la segunda planta del edificio».
La segunda fase, añade Vila, se refiere a «una gran reforma que se produce a raíz de un episodio bélico de gran magnitud, muy probablemente también en época islámica». Los daños más importantes que sufren las torres «se localizan en la torre septentrional y en la puerta de entrada, que han de ser reconstruidas casi totalmente». Entonces, la puerta se levanta con menor altura para reforzar el sistema de defensa.
Finalmente, la tercera fase se refiere a otra reforma «que se sitúa claramente en época cristiana y, por tanto, atribuible a la orden del Temple», dice Vila. En este momento, «el edificio cambia su apariencia» y lo que eran dos torres de defensa de doble puerta se transforma en un edificio cerrado por la parte posterior.
A partir de esta investigación, Cort se prepara para la fase de restauración, pero, antes, «nos reuniremos con el Consell para sentar las bases de lo que se puede hacer, tanto desde el punto de vista de la legalidad, como de lo que permite la estructura de las torres», dijo Nanda Ramon. El uso de las mismas será monumental.