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«Hay canciones mías que el público, especialmente el más joven, no ha oído demasiado. En mis discos siempre había temas más comerciales y los buenos quedaban en segundo término», reflexiona Tomeu Penya. Con motivo del treinta aniversario de la publicación de su primer trabajo discográfico, el cantautor rescató ayer algunas de sus baladas más veteranas en la grabación de su primer álbum en directo.
Acompañado de siete músicos y de unos cuarenta privilegiados invitados, Penya actuó en el estudio de grabación Ca's Músic, en Santa Eugènia. La sala fue decorada especialmente para la ocasión imitando un club musical, íntimo, puesto que el concierto fue grabado por IB3. La televisión autonómica lo emitirá durante las navidades, pocas semanas después del lanzamiento del disco-DVD, titulado 30 anys després. En directe, que será publicado por Blau. ¿Por qué nunca antes había grabado Tomeu Penya uno de sus conciertos? «Durante mucho tiempo pensaba que no estaba preparado, y además siempre tenía cosas nuevas que decir. Esperaba el momento adecuado».
Maria, Morros de cirera, Sirena o Plou sonarán junto a temas como Trenta anys després o Cabrera. En total, dieciséis canciones. «Son temas de amor romántico, pero también amor a la tierra, a la naturaleza o a las personas». Todos, en formato unplugged y con nuevos arreglos. «Deseo que la gente sepa que no sólo hago bulla. En realidad, me gusta más escribir con sensibilidad y romanticismo. Quiero que el público pueda escuchar el disco tranquilamente y sentir», apunta.
La mayoría de los temas elegidos tiene bastantes años. Al músico le gustan especialmente porque en ellas ve una creación «más payesa. Son baladas más mallorquinas» que sus composiciones posteriores. Marta Elka (violín), Toni Pastor (llaüt), Bernat Ximena (trompeta) colaboraron en algunos temas del disco, que para Penya es «el proyecto más importante tanto para la discográfica como para mí».