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«La perspectiva de que las bibliotecas se conviertan en simples almacenes de libros viejos a causa de la progresiva disminución de los recursos económicos que aportan las administraciones es cada día más sólida». Esta frase resuma la «preocupación y pesimismo» que embarga actualmente a los trabajadores de las bibliotecas del Consell en la Part Forana. La institución anunció hace unos días que, debido a «problemas administrativos», se suspendían las suscripciones a revistas y la adquisición de libros.
Casi cuarenta bibliotecarios, la mitad de la plantilla del Consell, han suscrito ya un manifiesto en el que también denuncian que este año no se prevé convocar las subvenciones para mejoras en instalación y equipamientos, que en 2009 sumaron 95.000 euros. Los bibliotecarios constatan que la inversión de los municipios en sus propios centros ha caído «fuertemente» desde 2008. «Más que nunca, las suscripciones, compras y financiación de actividades por parte del Consell eran fundamentales». Además, debido a la crisis, la red de bibliotecas del Consell ha crecido en 10.000 usuarios al año durante los dos últimos ejercicios. Por todo ello, la disminución de recursos es «lamentable» y conduce a una «degradación paulatina».
El Departament de Cultura del Consell explicó que entregó la documentación pertinente en junio de 2009 y que en estos momentos «está en trámite» por parte de Presidència. Los bibliotecarios no ven «aceptable» tal situación.