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Un bello cuadro de Jean-Baptiste Corot (1796-1875) confiscado por los nazis a sus propietarios, una familia de banqueros judíos, se subastará el próximo 2 de junio en Londres, según anunció hoy Sotheby's.

Se trata del lienzo titulado «Joven junto a la fuente», que muestra a una muchacha de perfil con un brazo apoyado en el pretil de un pozo y con un cántaro a sus pies, cuyo precio estimado oscila entre los 880.000 y los 1,32 millones de euros.

Sotheby's ha trazado la accidentada historia de esa pintura, cuyo primer propietario fue Ernst Hoschedé, un importante mecenas de Claude Monet, a quien encargó una serie de pinturas decorativas para su residencia próxima a París, y cuya viuda, Alice, terminaría casándose con el pintor impresionista tras enviudar también éste.

Su segundo propietario fue Charles Alluad, descendiente de una familia que había dirigido una fábrica de porcelana en Limoges (Francia) y que en su niñez había recibido incluso lecciones de pintura del propio Corot.

El cuadro pasó posteriormente a formar parte de la colección de arte de Eduard Ludwig Behrens, uno de los primeros directores del banco privado de Hamburgo Levy Behrens & Sohne, que lo adquirió en 1889.

En su testamento, el banquero dejó la dirección de su colección a su hijo, Eduard Ludwig Behrens, quien hizo lo mismo con su hijo Georg Eduard.

En 1925, este último prestó las pinturas de la colección familiar a la ciudad de Hamburgo por un período de diez años, transcurrido el cual, y con los nazis ya en el poder, intentó recuperar las obras para ponerlas a buen recaudo en Suiza.

Pero, el 1 de abril de 1935, las autoridades nazis le informaron de que esa y otras obras de la colección habían sido incluidas en una lista de obras de arte de importancia nacional que no podían salir del país.

En mayo de 1938, el banco familiar fue sometido a las leyes nazis sobre pureza de raza y, en noviembre de ese año, Georg Eduard Behrens fue detenido en Hamburgo y enviado al campo de concentración de Sachsenhausen, en el que permaneció internado hasta finales de diciembre.

Georg Behrens emigró a Bélgica en abril de 1939, pero para conseguir el visado de salida tuvo que hacer entrega al Estado de todas sus propiedades.