El actor Colm Meaney y el cineasta David Carreras, ayer por la mañana en Sóller. g Foto: NURIA RINCÓN | Nuria Rincón

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«Cuando les cuento a mis amigos lo que el Govern de Balears ha hecho con el Mallorca International Film Festival (MAIFF) no se lo creen. Son unos mentirosos, timadores y ladrones. No pedimos que tengan ética o moral, sólo que respeten la legalidad y que tengan palabra. ¿Cómo pueden esperar que alguien venga aquí a hacer negocios cuando no te puedes fiar del propio gobierno?», se preguntaba ayer en Sóller el actor Colm Meaney. El intérprete -que ha apoyado el proyecto del cineasta David Carreras de crear un festival cinematográfico de primer nivel a partir de 2011- no da crédito a la decisión de la Conselleria de Turisme de abandonar el proyecto. El Govern rompe el convenio que firmó con el MAIFF y abandona el proyecto adeudando 650.000 euros a los organizadores.
Carreras apunta que «este dinero estaba pactado y era importante en los primeros meses para poder convencer a los patrocinadores. Nos han hecho un daño alucinante porque nos quitan credibilidad. La imagen que damos a la industria del cine es espeluznante». El cineasta anuncia acciones legales contra la decisión «ilegal» del ejecutivo y se niega a poner punto y final al festival «dado el esfuerzo invertido». Carreras subraya que proyectos como éste deben estar por encima «del color del partido que gobierne. Mallorca se lo merece».
El 16 de octubre de 2009 el MAIFF firmó con el entonces conseller de Turisme, Miquel Nadal, un «convenio de colaboración» por el que el Govern destinaría 2,4 millones de euros en tres años (el 30% del presupuesto total). En 2009, Ibatur debía aportar 600.000 euros para «sufragar los gastos de las acciones de promoción y puesta en marcha del festival». Estas acciones estaban presupuestadas, una a una, en el anexo del convenio, al que ha tenido acceso Ultima Hora.
El problema vino cuando el MAIFF intentó cobrar las facturas. En enero, el nuevo conseller Miquel Ferrer (sustituto del dimitido Nadal) informó a Carreras que «no bastaban las facturas. Exigían justificantes de pago», explica Carreras. «Le explicamos que los trabajos de gestión y producción los hacíamos a través de mis propias empresas, así que no tenía mucho sentido que David Carreras pagara al propio David Carreras». A pesar de todo, el MAIFF se ofreció a 'auto-pagarse' las facturas para que luego el Govern las abonara. «Pero nos dijo que ya era demasiado tarde».
El culebrón dio otro giro con la expulsión de UM del Govern. La nueva consellera, Joana Barceló, comunicó hace unas semanas al MAIFF que les «apoyaba». Pero Barceló explicó ayer que «existe un conflicto en la justificación de los gastos». «Hay un error de base en el convenio. Hemos ejecutado la resolución del último conseller que, basada en un duro informe jurídico, imposibilita el cobro». La consellera reconoce que los organizadores «están en su derecho» de demandarles. Carreras defiende que «si el Govern hizo algo mal [al redactar el convenio], que lo arregle. Es el colmo que el MAIFF tenga que pagar por su incompetencia».