Autoridades y organizadores posaron ayer en la inauguración. FOTOS: T. AYUGA

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J.NICOLAU/M. DÍAZ Trece grandes formatos firmados por Anselm Kiefer (1945) son la propuesta de Es Baluard para celebrar su quinto aniversario. A través de ellos se resume el lenguaje creativo de este artista alemán comprometido con la historia. Un artista que exige mirar más allá de la plástica de sus obras para adentrarse en los caminos y fuentes del pensamiento. El holocausto alemán, la memoria histórica, el judeocristianismo, la mitología, la cábala... son algunas de las temáticas a través de las cuales Kiefer coloca al espectador frente al mundo.

Las piezas que ofrece Es Baluard han sido pintadas entre los años ochenta y la actualidad y son propiedad del alemán Hans Grothe. Durante la presentación, este coleccionista, ligado a Mallorca desde hace años, destacó que «lo que hace tan valiosa la obra de Kiefer es que se puede interpretar con muchas historias diferentes». Una afirmación secundada por el comisario de la muestra, Walter Smerling, que definió a Kiefer como «el pintor de la destrucción y de la reconstrucción» tras poner de relieve que su obra «siempre plantea preguntas y, al final, uno nunca sabe si quien gana es Dios o el demonio».

La muestra evidencia la cercanía entre la expresión pictórica de Anselm Kiefer y Miquel Barceló. Un artista, éste último, al que Hans Grothe se refirió como un «Kiefer junior» que «todavía está aprendiendo», pero que «llegará a la grandeza y calidad de Kiefer». El artista alemán, «poco amigo de las inauguraciones», según el comisario Smerling, no acudió ayer a la de Es Baluard. «Tiene previsto visitar la muestra más adelante», añadió este experto. No obstante, en marzo de 2007, Kiefer sí estuvo en la inauguración de una gran exposición de su obra en el Guggenheim de Bilbao.

Se trata de la primera muestra individual de Kiefer en la Isla y podrá visitarse en los próximos siete meses. El museo ha preparado un programa complementario a la retrospectiva que se desarrollará a lo largo de los mismos y que incluye, entre otros actos, cine y conferencia.

La exposición, organizada conjuntamente con Bancaja, ha tenido un coste de 270.000 euros y es, según la directora del centro, Cristina Ros, «una pista de lo que quiere ser y ofrecer este museo».

El fondo del centro de arte cuenta con dos obras de Anselm Kiefer que no se exponen en este quinto aniversario porque, según explicó ayer Ros, la exposición que ayer se inauguró «como dice su título, se centra en las [obras] de la colección Grothe».

La inauguración la presidió Aina Calvo, alcaldesa de Palma, que es la presidenta de la Fundació Es Baluard.
Entre las autoridades estuvieron Francina Armengol, presidenta del Consell; Bàrbara Galmés, consellera de Cultura del Govern; Joana Lluïsa Mascaró, consellera insular de Cultura, y las concejalas de Cort Nanda Ramon y Cristina Cerdó.

Del mundo de la cultura estuvieron, entre otros, los artistas Ñaco Fabré, Maria Carbonero, Pere Pavía, Erwin Bechtold, Ramon Canet, Ricard Chiang, Miquela Vidal; los escritores Damià Pons y Willian Graves; Joan Manuel Bonet, ex director del Reina Sofía, y una amplia representación de la colonia alemana en Mallorca.

Tras recorrer las salas y contemplar las piezas de Kiefer se sirvió un cóctel en la sala Aljub que estuvo amenizado por el grupo de jazz Lady Vinil.