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CELIA HEREDIA Cuando Bartomeu Fiol (Palma, 1933) escribió Entre Cavorques i Albió. Un dietari (Ed. Moll) jamás imaginó que con él ganaría el Premi Ciutat de Palma de Crítica Literària 'Camilo José Cela', «un premio que no esperaba y que hizo que la sorpresa fuese más agradable», apuntó Fiol, quien ya fue galardonado con el Ciutat de Palma en el año 1969, entonces en la modalidad de poesía.

Fiol habla de sorpresas agradables y consiguió que el público que la noche de la festividad de Sant Sebastià asistió a la gala, sintiera una sensación parecida. Fue cuando el escritor en su discurso adelantó que donaría una parte de su colección literaria a la Biblioteca Municipal de Cort. «Estoy agradecido al sistema de bibliotecas municipales y eso justifica dejarles mis libros cuando me vaya», dijo Fiol, refiriéndose a los «tres o cuatro mil volúmenes» que donará en dos fases. «Una, en el momento de mi fallecimiento cuando se ejecute el testamento; y otra, de unos 500 libros, que realizaré de forma inmediata cuando Cort logre encontrar el espacio necesario».

El escritor Bartomeu Fiol confesó que vivió la gala de los Ciutat de Palma con emoción y que le gustó «porque todo fue rápido y no hubo florituras. Y porque el parlamento de Nanda Ramon estuvo muy bien, igual que el de la alcaldesa. Ambas hablaron distanciadas de la política, como unas administradoras que se dirigen a sus administrados». Pero cuando a Fiol le tocó recoger su premio y hablar no lo hizo ni como político, ni como administrador, lo hizo como poeta y su voz se quebró, «me emocioné en exceso», bromea. «Francamente, no me hace ninguna gracia. Yo que tengo una voz bastante recia, no necesito micrófonos ni altavoces para hacer llegar mi voz y, en esos momentos, se me cortó porque me había emocionado y a mí esto me ha parecido una flaqueza». Además, para Fiol recoger este premio ha supuesto que su memoria retroceda casi cuarenta años, cuando en 1969 obtuvo el primer Ciutat de Palma con Camp Rodó. «Fue una experiencia diferente porque aquel poemario no estaba publicado y deseaba que fuera premiado. Era mi única oportunidad para poderlo publicar».

La obra de Fiol es muy extensa y, para llegar a ella, primero hay que conocer a los autores que el escritor mallorquín lee, como son Salvador Espriu, T. S. Eliot, Hopkins, Dylan Thomas o Wallace Estevens. Y es que «para ser escritor primero tienes que ser un buen lector», señala Fiol, quien después de enfrascarse en miles de lecturas, ha desenmascarado su faceta más crítica. «Con Entre Cavorques i Albió no pretendía hacer un libro de crítica literaria. Aunque, como buen lector que soy, en este cuaderno de trabajo hay comentarios y lecturas que a mí me han interesado».