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JONAS CLIMENT La consellera de Joventut del Consell, Josefina Ramis, declinó ayer pronunciarse acerca de la performance acontecida en el Festival Sa Rocketa de Santa Maria, celebrado en Factoria de So en la noche del sábado, donde un grupo de actores escenificó la polémica portada de El Jueves sobre los Príncipes de Asturias.

Un hecho que, si bien a primera vista puede entenderse dentro del derecho a la libertad de expresión, plantea inevitablemente un debate sobre si es aceptable que la Casa Real o cualquier otra institución pueda ser objeto de burla en eventos financiados con dinero público, como en el caso de Sa Rocketa, que fue patrocinado por la Conselleria de Joventut del Consell de Mallorca.

Este periódico se puso en contacto con la citada conselleria para recabar la opinión de la consellera Ramis o algún alto cargo del departamento, pero ésta no quiso hacer declaraciones, aunque por medio de un portavoz dijo preferir «no entrar a valorar un hecho puntual» porque «estaríamos infravalorando el duro trabajo que han hecho los jóvenes para organizar Sa Rocketa Festival».

Por otro lado, Pere Soler, presidente de Factoría de So, explicó que: «No era objetivo del festival que hubiera un toque de política», sino que «simplemente invitamos a una serie de grupos musicales y actores para que se encargaran de hacer un espectáculo».

En cualquier caso, para Soler la escena sobre los Príncipes tuvo lugar dentro de un marco de normalidad ya que la actuación abordaba «distintos temas que forman parte de la actualidad» y «también fueron objeto de parodia otros personajes como Tomeu Penya o los turistas». Además, cree que se hizo «desde el legítimo derecho de los actores a la libertad de expresión». Sobre si existen o no responsabilidades de Factoria de So, su presidente entiende que «no hubiera tenido sentido revisar por adelantado cada uno de los gags ya que eso hubiera sido llegar al punto de la censura».

Soler considera que no debe dársele mayor importancia al tratarse de un «hecho aislado» que «solamente representó unos minutos dentro de un festival con un total de seis horas de duración».