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P.G.

La Seu de Mallorca fue el escenario elegido para celebrar ayer el acto de clausura del Año Costa i Llobera, que desde el pasado mes de marzo del 2004 ha conmemorado el 150 aniversario del nacimiento del autor de «El Pí de Formentor». El acto se inició con una eucaristía que fue presidida por el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, y que contó con la presencia de representantes de las principales instituciones de la Isla. El parlamento del canónigo de la Seu, Pere Joan Llabrés, centró el acontecimiento, en el que también intervinieron el poeta Bernat Cifre y la Capella Mallorquina, que cerró el acto musicando algunos poemas de Costa.

La elección de la Catedral para despedir el año dedicado a enaltecer y dar difusión a la figura y la obra del prevere pollençí no fue casual. Pere Joan Llabres, canónigo de la Seu, lo dejó claro en su parlamento, que versó sobre la relación de Miquel Costa i Llobera con el templo mallorquín y sobre cómo ésta se encuentra latente en la vida y la producción del pollençí.

De hecho, «al final de la vida de Costa i Llobera, vemos la conjunción espléndida entre poesía y madurez de vida sobrenatural, la conjunción entre los ideales poéticos y cristianos cantados en la juventud y la plenitud de devenir una nueva criatura en Crist, conjunción que hace del águila de Formentor, el águila que renace del sepulcro del Rey de la vida», señaló.