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El pasado marzo se estrenó en el Artenbrut Teatre de Barcelona «No són maneres de matar una dona», la adaptación de un musical de éxito del Off-Broadway. A causa del excelente recibimiento por parte de público y crítica, el espectáculo se pasó a representar en el Villarroel. Tras una extensa gira, esta noche se podrá ver, a las 21.00, en el Auditòrium de Sa Màniga de Cala Millor.

«No són maneres de matar una dona» (No way to treat a lady) es un thriller musical inteligente, con un ritmo trepidante, capaz de presentar una historia con mucha acción, intercalada ágilmente con canciones románticas y números musicales alocados, sólo con cuatro actores y cinco músicos sobre el escenario. El autor del espectáculo es el americano Douglas J. Cohen, y la obra está basada en la novela homónima del guionista William Goldman («Marathon Man», "Dos hombres y un destino», «La princesa prometida»).

La acción de la obra está originalmente ambientada en los años 70, pero la directora de la adaptación que hoy se presenta, Sílvia Sanfeliu, ha querido acercarla más a la estética y los referentes cinematográficos del cine negro de los años 40 y, de este modo, resaltar los elementos y temas cotidianos, casi atemporales, de la historia. Así, «No són maneres de matar una dona» explica la historia de Christopher «Kit» Gill, un actor sin trabajo, hijo de la legendaria y recientemente difunta actriz Alexandra Gill, cuyo fantasma se le aparece a veces para recordarle que es un actor mediocre.