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Noche de emociones en Los Àngeles y en es Migjorn. A las doce de la noche de anteayer (hora local), la alegría se desbordó. David Russell, hijo adoptivo de la localidad menorquina, había ganado el premio de la música más importante del planeta: el Grammy. Su nombre figurará al lado de grandes intérpretes como Ray Charles, el gran triunfador de la noche, Norah Jones o U2.

Russell aún recuerda el momento con serenidad. «Mi premio fue de los primeros en entregarse. Al inicio lo que dijeron fue el nombre del disco, 'Aire Latino', y no lo oí muy bien, así que me quedé tranquilo, pero luego pronunciaron mi nombre. Mi mujer estaba emocionada, fue fantástico». Competía contra tres «grandes» pianistas y un violinista «de renombre», pero el ganador fue él y su guitarra. Todos les felicitaron, «los americanos son muy efusivos».

Escocés de origen con casa en Vigo y estancias más o menos cortas en Menorca. Éste es David Russell, quien sorprendido recogió el gramófono dorado al ser considerado por la academia de la música el mejor intérprete solista clásico. Él mismo ni se lo creía: «Fuimos a Los Àngeles porque esto sólo pasa una vez en la vida y lo queríamos vivir». Tanta era su despreocupación por ganar el premio que «así como muchos otros tenían un discurso preparado, yo no. Así que he subido al escenario y he empezado a tartamudear, luego por fin he dado las gracias a la Academia y poca cosa más».