El fotógrafo Josep Planas-Montanyà mostrará en Manresa el mundo de Joan Miró

Josep Planas-Montanyà y Joan Miró se conocieron en 1959 y su relación se prolongó hasta la muerte de éste último. Fruto de esta amistad son más de un centenar de fotografías en las que se ve el Miró más íntimo: ya fuera en su taller trabajando, en Son Boter, con su familia o con algunos de los instrumentos que usaba cada día para trabajar. Josep Planas-Montanyà, con su trabajo, se situó en la lista de los pocos fotógrafos en los que Joan Miró confió, ya que siempre fue, como afirma Joan Punyet Miró, «intransigente con los fotógrafos». En esta lista se pueden encontrar nombres de la talla de Irvin Penn, Brasaï, Cartier-Bresson o Català-Roca. Entre ellos se sitúa Josep Planas.

Planas-Montanyà, colaborador habitual de Ultima Hora , recordó que conoció a Joan Miró cuando acudió como fotógrafo a una entrevista de prensa. «Enseguida simpatizamos y se inició una relación de amistad. Él era un hombre que hablaba poco y que no le gustaba ser fotografiado, pero yo siempre tuve las puertas abiertas de su casa», explica. En el texto que acompaña el catálogo creado para la exposición, Joan Punyet asegura sobre la relación que se estableció entre pintor y fotógrafo: «Planas-Montanyà es un fotógrafo de silencios, de ideas, de sutilezas y evocaciones... y Miró reconoció estas cualidades inmediatamente».

Las fotografías que ahora se muestran en Manresa pudieron verse en Palma a principios de los 90, cuando se organizó una exposición en el Centre de Cultura Sa Nostra. En Catalunya también se han expuesto en ciudades como Figueres, Olot, Solsona o Cardona. «Sólo faltaba exponerlas en Manresa, una ciudad a la que estoy muy unido», aseguró ayer Planas-Montanyà.