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Una mirada al mundo artístico y ecologista local revela que la intervención escultórica proyectada por la Conselleria de Turisme para el Parque Natural de Mondragó, aprobada el pasado mes por la Junta Rectora, provoca rechazo porque la opinión más generalizada es que el espacio, en sí mismo, ya cuenta con suficiente belleza y valores.

La Isla, pequeña y masificada, tiene lugares en franca degradación que son propuestos como alternativa. Con ello se dignificarían estas zonas y, gracias al arte, conseguirían un valor añadido. Fue del GOB, que votó en contra, de donde partió esta idea, recogida en la calle porque existe una sensibilización entre ciertos sectores culturales sobre el poco espacio protegido del que disfrutan los baleares y la necesidad de mantenerlos vírgenes. No es el proyecto lo que suscita controversia, porque a través de él llegarían a la Isla obras de creadores internacionales y el hecho se considera muy positivo.

Es el lugar, sobre el que se supone que aumentará el número de visitantes. Otras voces, al igual que sus promotores, entienden que llevar el «land-art» a Mondragó, "una forma de arte que procede de los años setenta y significa intervenir en la naturaleza con los materiales que son propios de la zona", sería bueno para potenciar el turismo cultural. El Govern sigue adelante con el trabajo, comisariado por Biel Amer y Pablo Rico, y ha presentado en Palma al primer artista, el japonés Tadashi Kawamata.

Biel March, presidente de la AAVIB: Positivo para el turismo de calidad
«Cualquier iniciativa en arte que cumpla las normas básicas y lógicas nos parece bien. Personalmente no creo que sea una degradación, sino al contrario. Lo de la degradación lo pondría en cuarentena; Mondragó no está tan cuidado. Sería positivo para ese turismo de calidad del que se habla, y no sólo para los turistas, sino también para los nativos».

Miquel Àngel March, miembro del GOB: Idea buena, lugar equivocado «La idea nos parece bien, pero el lugar equivocado. No se trata de aprovechar los valores propios de Mondragó, sino todo lo contrario, ser capaces de poner en valor otro espacio. Nosotros propusimos otros lugares como Es Carnatge, canteras. Mondragó es pequeño, 800 hectáreas, soporta masificación turística y un parque escultórico aportaría más gente».