La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha impuesto un pin de plata de la ciudad a 62 personas centenarias de los 193 que hay en la ciudad, que ha reunido en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento en un acto de homenaje a sus cien años de vida y tras darles las gracias a todos ellos les ha dicho: «Tengo la firme convicción de que estamos en deuda con vosotros, con vuestra vida de trabajo, de esfuerzo y de superación personal. Sois un ejemplo para las generaciones futuras».
Natalia Chueca les ha recordado que han sido testigos de la transformación que ha sufrido en estos cien años Zaragoza. «Sin duda hoy somos lo que somos gracias a que antes estuvisteis e hicisteis lo que hicisteis por nuestra ciudad. Si hoy Zaragoza es esa ciudad próspera, bonita, llena de oportunidades, es gracias a vosotros, gracias a lo mucho que habéis trabajado y que os habéis esforzado a lo largo de vuestra vida».
En su discurso también les ha dado las gracias por «esos valores que habéis sabido transmitir a vuestros descendientes, a vuestros hijos, a vuestros nietos y seguro que muchos tenéis también bisnietos».
Para la alcaldesa Zaragoza es la ciudad que es «gracias al sacrificio y duro trabajo» que esa generación de centenarios tuvo que hacer durante años complicados «para poder hacer más grande la ciudad», además de poder sacar adelante cada una de sus familias y entre todos juntos España.
«Si hoy Zaragoza es esa ciudad líder de la que nos sentimos orgullosos, en las que están llegando nuevas empresas internacionales a implantar nuevas tecnologías y estamos siendo un modelo en toda Europa de sostenibilidad y de calidad de vida, es gracias a toda esa cultura de superación que sembrasteis en vuestros hogares», ha subrayado. Al respecto, ha comentado que esa generación siempre estuvo preocupada por sacar a la familia adelante, ofreciendo mejores oportunidades y mejor educación de la que ellos pudieron recibir.
Esa larga vida les ha permitido a estos centenarios haber sido testigos de hechos históricos importantes que han tenido lugar en Zaragoza y España. Por eso, cada uno de ellos ha recibido una portada del periódico Heraldo de Aragón correspondiente a la fecha de nacimiento de cada uno de ellos. «Es un pequeño guiño a esos hitos históricos que habéis podido vivir y sin duda también seguro que os hace especial ilusión», le ha dicho la alcaldesa.
Compromiso
En su intervención ha apuntado que es una generación que ha vivido «tiempos de luz y de sombras, de crisis e ilusión» y el poder ver en esas portadas las noticias de ese día «tiene un punto de recuerdo e interés porque cada una tendrá sus hitos y sus hechos distintos».
Para la alcaldesa, la experiencia y conocimiento que atesoran estos centenarios es un «tesoro importante» que el Ayuntamiento quiere destacar «para que todos nos sintamos orgullosos de la Zaragoza que hemos construido, la que habéis construido vosotros durante 100 años y la que las siguientes generaciones intentamos seguir construyendo para que todos juntos nos sintamos orgullosos de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que vamos a ser».
A colación ha trasladado que su compromiso como alcaldesa de Zaragoza es «seguir mejorando» las políticas para las personas mayores, los servicios públicos, los comedores de los centros de personas mayores «que tanto éxito tienen», el servicio de ayuda a domicilio y el servicio de teleasistencia.
Junto al pin de plata y la portada de Heraldo del día de su nacimiento los centenarios han recibido una libro con datos, fechas y curiosidades de lo que ha sucedido en Zaragoza en estos 100 años y una tarta para celebrar en familia este hito.
Esas tartas individuales han sido un réplica de la tarta de tres pisos que tras soplar las preceptiva velas con el número 100 han podido degustar al final del acto, al que han asistido los portavoces de Políticas Sociales de todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Zaragoza.
Huella
Anteriormente, ha tomado la palabra la concejal del Mayor, Paloma Espinosa, quien ha explicado que con este acto se reconoce el «papel crucial» que las personas mayores desempeñan en la transmisión de valores y tradiciones. «Hoy queremos agradecer la huella que han dejado en la historia local porque con su esfuerzo y su trabajo han mejorado su vida, la de su familia, la de sus amigos y, en definitiva, la de todos nosotros».
Espinosa ha relatado que estas personas nacidas en 1925 han sido testigos de un siglo lleno de cambios tecnológicos, sociales y políticos, han visto cómo el mundo ha evolucionado a un ritmo vertiginoso y, a pesar de ello, «han tenido una vida plena y enriquecedora, llena de anécdotas que, además, siempre comparten con nosotros, transmitiéndonos toda su experiencia y sabiduría».
La sociedad es en cada momento el resultado del trabajo de las generaciones anteriores que supieron, «con su generosidad y esfuerzo, hacer la mejor para todos», ha resumido.
Como concejal del Mayor ha transmitido su satisfacción por poder felicitarles y compartir esta celebración, no solo para transmitirles el afecto y cariño, sino, para «reconocer y agradecer todas aquellas cosas que han realizado y siguen realizando y que han contribuido a que todos nosotros seamos algo mejores y podamos vivir también mejor».
Tras subrayar que Zaragoza hoy está de celebración y quiere homenajear a estos centenarios les ha dicho que son una «fuente inagotable de aprendizaje y de fortaleza».
Valores y principios
Posteriormente, ha intervenido el director de Heraldo de Aragón, Mikel Iturbe, quien se ha referido a los valores y principios y el cuidado por preservar cosas que puede parecer insignificantes pero son importantes y determinantes para saber y comprender como serán las nuevas generaciones. «Son una generación que se las ha visto de todos los colores y han sabido trasladar siempre un sonrisa».
Ha añadido que el «pequeño reconocimiento» de Heraldo de Aragón está en las portadas del día de su nacimiento, que después de cien años aunque las cosas han cambiado hay un elemento en común y es que «Heraldo siempre ha estado presente y siempre ha querido convencerse de que la transmisión de esos los valores son esenciales para que una sociedad funcione».
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