Sagastizabal (PNV) dice que se han "descuidado las redes eléctricas" que son un "cuello de botella" para la industria

Pide tomar decisiones políticas de inmediato para tener un sistema eléctrico ágil y flexible, y "no perder el tren de la competitividad"

Archivo - La diputada del PNV Idoia Sagastizabal interviene una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 20 de noviembre de 2024, en Madrid (España). | Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

TW
0

La portavoz en materia energética del Grupo Vasco (EAJ-PNV) en el Congreso, Idoia Sagastizabal, afirma que se han «descuidado las redes eléctricas» y se han convertido en un «cuello de botella» para la industria. En el actual contexto, cree que es necesario tomar decisiones políticas, de manera inmediata, para tener un sistema eléctrico «ágil y flexible», si no se quiere «perder el tren de la competitividad».

En una artículo publicado en El Correo bajo el título «Redes eléctricas, una oportunidad para la industria», Sagastizabal reflexiona sobre la situación creada tras el apagón masivo del pasado lunes en la Península ibérica.

Según apunta la diputada jeltzale, tras ese apagón se está hablando mucho de redes eléctricas, suministro y distribución, pero asegura que desde su grupo llevan meses poniendo estas cuestiones en el centro del debate con iniciativas parlamentarias.

A su juicio, «estamos ante dos revoluciones tecnológicas», la energética y la digital, que llevan «a una realidad ineludible», a la modificación de hábitos de consumo y a un cambio del paradigma de la industria.

En este proceso, asegura que la electrificación es un «elemento clave» tanto para consumo directo en forma de electricidad como para su utilización a modo de materia prima en la generación de nuevos vectores energéticos como el hidrógeno o los combustibles sintéticos.

Sagastizabal afirma que el Estado tiene una «oportunidad inigualable» en cuanto a la revolución energética, ya que dispone de recursos naturales como sol, viento y agua, y de la tecnología que le permite producir electricidad limpia a costes más baratos que otros países.

«Todo ello en un contexto en el que la demanda eléctrica irá en aumento por la descarbonización, por actividades emergentes y por la evolución de la actividad socioeconómica más movilizada, automatizada y con una mayor necesidad de gestión de datos para la digitalización de procesos», agrega.

La diputada jeltzale asegura que esta mayor electrificación, acompañada de una expansión de las tecnologías limpias y del almacenamiento eléctrico, plantea un «desafío importante» para las redes de transporte y de distribución de electricidad, ya que tienen que ser capaces de soportar las nuevas necesidades de la demanda eléctrica y han de hacerlo además «de manera flexible, adaptándose a las fluctuaciones en la producción y demanda energética».

Mayor demanda

Sin embargo, advierte que la red ni se está expandiendo al mismo ritmo, ni tiene la capacidad para asumir esta mayor demanda de energía porque hasta ahora «el foco se ha puesto más en el desarrollo y crecimiento de la generación renovable y en las obligaciones de descarbonización de la industria, descuidando el elemento imprescindible que une a ambas: las redes eléctricas».

En este sentido, asegura que «la industria, en general, y la vasca, en particular, se está encontrando con que las redes eléctricas son un cuello de botella para sus necesidades de crecimiento y descarbonización».

«Nuevas inversiones han quedado congeladas por falta de acceso, los concursos previstos para demanda se retrasan sine die: han aflorado ineficiencias importantes en la red de transporte (megavatios ociosos); y se ha denegado una cantidad relevante de accesos a la red, por falta de capacidad, a procesos de reindustrialización y descarbonización, y a nuevas necesidades relacionadas con la integración de proyectos renovables, lo que a su vez limita el desarrollo de la red de distribución» , advierte.

Idoia Sagastizabal afirma que no es una cuestión que afecte solo a un territorio o a un grupo de sectores, sino que es «un problema generalizado que va a empeorar según aumente la electrificación de la economía y se presenten nuevas peticiones de acceso», porque hay una regulación y una planificación del pasado para un negocio que se está transformando radicalmente «en descentralizado, integrado, digital y flexible».

«Evitar que las redes continúen siendo una barrera para la descarbonización de la industria y para su desarrollo es ya una necesidad que requiere modernizar muchas facetas de la operación, regulación y planificación del sistema eléctrico», subraya.

Según explica, en esto está trabajando desde hace meses el PNV en el Congreso, en tres ámbitos, el de la inversión, planificación y conexión. «Se tiene que modificar y flexibilizar la regulación y planificación energética, ampliar la capacidad de conexión en la red de transporte para desbloquear capacidades cautivas, permutas de capacidad de acceso, utilización mixta de las posiciones, colaboración público-privada, financiación y consensuar inversiones con comunidades autónomas», plantea, entre otras medidas.

Idoia Sagastizabal afirma que la inversión y el desarrollo en redes, junto «a una mayor penetración de energias limpias en el mix», contribuirá a descarbonizar la economía, incrementar la competitividad de la industria y retener y atraer actividad.

«Cobra especial relevancia en Euskadi porque somos un país que ha apostado y apuesta por una industria fuerte, comprometido con la descarbonización, con una reindustrialización basada en tecnológica limpias y un sector empresarial y de I+D+i altamente especializado en redes eléctricas», resalta.

Sagastizabal asegura que el suministro de electricidad a la industria, empresas y hogares no lo aseguran las plantas de generación sino la red de transporte y de distribución, ya que «sin redes eléctricas no hay integración de renovables y sin un acceso rápido y flexible a ellas las industrias no se pueden descarbonizar ni tampoco podremos captar nueva industria».

«Tener un sistema eléctrico ágil y flexible es un cuestión estratégica que exige tomar decisiones políticas de forma inmediata si no queremos perder el tren de la competitividad», concluye.