El sindicato LAB ha apostado en este Primero de Mayo por reforzar su lucha por dignificar los salarios y lograr un SMI vasco y ha advertido a Confebask que «no habrá paz social» con su actidud «obstrucionista» y su comportamiento de «parásito social».
LAB ha celebrado esta jornada con un total de siete movilizaciones repartidas por Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Bilbao, Pamplona, Tuera Baiolna y Maule, bajo el lema "¡Confebask-CEN, explotadoras! Langileen alde, salario y pensión digna para frenar la precariedad, hemen erabaki!.
La manifestación de Bilbao ha partido de la plaza Zabalburu encabezada por una pancarta con el lema de esta jornada y que era portada, entre otros, por el coordinador de LAB, Igor Arroyo.
El dirigente sindical ha subrayado que este Primero de Mayo se celebra en un contexto internacional «convulso» en el que EEUU ha mostrado su «verdadero rostro», un imperio «arrogante clasista, racista, misógino y depredador», que está representado, según ha apuntado, por su presidente Donald Trump, que, con sus «guerras comerciales y militares», va a «agravar» la situación en el mundo.
Ante este escenario, LAB se reafirma en «la necesidad de un cambio de rumbo, tanto a nivel internacional como de Euskal Herria». «Aquí en Euskal Herria vemos que ha habido una clase económica y una clase política que se ha acostumbrado a nadar a favor de la corriente, de esa corriente que marcaba precisamente los EEEU, esa corriente de la globalización, de la OTAN, esa corriente de una UE tutelada por Estados Unidos», ha afirmado Arroyo, que en su discurso ha mostrado su solidaridad con el pueblo palestino y cubano, entre otros.
El dirigente de LAB ha lamentado que ahora también «parece que se quieren dejar llevar por la corriente del militarismo y del rearme de Europa», lo que, a su juicio, supone «un error sobre error».
El representante de LAB ha asegurado que la «élite económica vasca abrazó con entusiasmo la globalización capitalista» y, por su parte, las instituciones vascas, en manos del PNV y UPN, «dejaron de hacer política industrial y lo fiaron todo a la iniciativa empresarial».
"pez atrofiado"
En este sentido, ha asegurado que el PNV se comparta como un «pez atrofiado que no tiene músculo para hacer unas políticas públicas propias y se deja llevar por la corriente».
«Ahora que Estados Unidos amenaza con aranceles, no son capaces de hacer un plan industrial. Es decir, el partido que, durante décadas alardeó de buena gestión, ha tenido que subcontratar el diseño de un plan porque no tiene ninguno. El PNV apoyó una UE tutelada por Estados Unidos, apoyó el ingreso en la OTAN, apoyó la guerra en Ucrania. Y ahora que Estados Unidos retira su tutela, el PNV apuesta por la militarización de Europa», ha criticado.
Ante este escenario, ha insistido en la necesidad de ese cambio de rumbo y «avanzar hacia un horizonte de más igualdad, más paridad, más feminismo, más justicia social».
A su juicio, hay que terminar con «la inercia, el seguidismo, la subordinación que han caracterizado la gestión del PNV» y cree que se debe «transitar hacia un horizonte de paz, de paridad, de justicia social, de soberanía popular».
«En estos momentos de cambio, de zozobra, necesitamos más soberanía para proteger a la clase trabajadora. Más soberanía para repartir el empleo, los cuidados, la riqueza, para cambiar nuestro modelo de producción y consumo, y para contribuir, desde Euskal Herria, a la construcción de un modelo económico y social que ponga a la vida en el centro», ha remarcado.
Arroyo ha defendido que son necesarios «instrumentos de Estado para hacer políticas propias en Euskal Herria, para construir otro modelo económico y social que ponga a la vida en el centro».
El representante de LAB ha afirmado que hay que seguir «luchando» si se quieren lograr cambios de calado« porque el nuevo Gobierno Vasco »no tiene intención de realizarlos« y, aunque »Pradales ha cambiado las formas, no el fondo«, como, a su juicio, se ha visto con la reforma fiscal, en la que PNV y PSE han apostado por »mantener los privilegios de las élites económicas" o como está ocurriendo en Sanidad.
Arroyo ha subrayado que, a través de las luchas, culminarán sus reivindicaciones y sus tres prioridades son desarrollar unos servicios públicos sólidos que garanticen a toda la ciudadanía el derecho a la salud, los cuidados, la educación y la vivienda; la puesta en marcha de una nueva política industrial y garantizar ingresos básicos a toda la ciudadanía, «eliminando brechas machistas y racistas».
En este sentido, ha defendido que «la lucha por una pensión y por un salario mínimo es una lucha histórica de la clase trabajadora». Tras subrayar que el movimiento de pensionistas está haciendo un trabajo «encomiable» y han logrado la revalorización de las pensiones, ha señalado que, si siguen en la calles, es «por un principio de solidaridad de clase porque están demandando una pensión digna para todo el mundo».
Arroyo ha añadido que, desde LAB, también quieren reivindicar ese salario mínimo propio «para todos» porque no quieren que «nadie se quede atrás» sino que todo el mundo tenga derecho a «una vida digna»
Para ello, según ha precisado, han puesto en marcha dos vías, una la de la negociación colectiva y, en este punto, ha denunciado que Confebask se ha «negado a sentarse en la mesa de negociación y ha mostrado su verdadero talante».
"parasito social"
«Confebask se autoproclama representante único de la parte empresarial, recibe subvenciones, obtiene reconocimiento institucional, obtiene beneficios fiscales y ¿qué da a cambio? Nada. Ni siquiera se sienta en la mesa. Confebask chupa del bote y luego no cumple con su obligación de negociar. Eso tiene un nombre: parásito. Confebask se comporta como un parásito social que recibe y recibe por parte de instituciones y sociedad, pero no da nada a cambio», ha añadido.
No obstante, ha advertido a la patronal vasca que no van a «cejar en el intento» y van a denunciar su «hipocresía». «Vamos a llevar la lucha por un salario digno a todos los centros de trabajo, a todos los sectores, a todos los rincones de Euskal Herria, no va a tener paz social con esa actitud obstruccionista. Si no quieren taza, ¡tendrán taza y media», ha advertido.
Una segunda vía es la de modificación legal para que las instituciones vascas «adquieran la competencia de regular el salario mínimo aquí en Euskal Herria» y, con este objetivo, se plantea una Iniciativa Legislativa Popular.
En este sentido, el representante de LAB ha señalado que han empezado este Primero de Mayo una recogida de firmas con este objetivo y ha calificado la iniciativa como «un ejercicio masivo de solidaridad de clase, pero también un ejercicio masivo, en clave soberanista».
«Ahora que se está debatiendo sobre el reconocimiento nacional, la posibilidad de aumentar la capacidad de decidir de las instituciones vascas, lo que nosotros decimos es que ya es hora de hacerlo, porque un autogobierno que no puede regular las cuestiones básicas, las principales preocupaciones de la ciudadanía, como el trabajo, como la pensión, es un autogobierno que se queda muy corto», ha añadido.
Tras asegurar que una de las mayores carencias del actual autogobierno es precisamente «la falta de competencia para establecer por ley el salario y la pensión mínimas», ha defendido la necesidad de «ampliar la capacidad de decidir, la soberanía». A su juicio, los salarios y pensiones mínimas propioas son «pasos hacia la soberanía y la justicia social».
«Necesitamos el reconocimiento nacional y el derecho a decidir para repartir el empleo, los cuidados y la riqueza. Para garantizar una vida que merezca ser vivida a toda la ciudadanía vasca», ha remarcado.
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