El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, ha dicho que el sindicato se marca «como prioridad estratégica» lograr un SMI propio y ha asegurado que esta lucha «acaba de empezar» y, en este sentido, ha pedido la implicación del Lehendakari, Imanol Pradales, para conseguir este objetivo y le ha advertido de que «no es aceptable la equidistancia con la patronal» en esta materia.
Lakuntza ha realizado estas manifestaciones en Bilbao donde ELA ha celebrado el acto principal con motivo del Primero de Mayo, bajo el lema «Gutxieneko soldata hemen erabaki (El salario mínimo se decide aquí), y en el que también ha pedido que los gobiernos vasco y navarro que se opongan a la »estrategia de militarización".
El dirigente de ELA, que nuevamente ha celebrado en solitario este día y que también se ha movilizado en Pamplona, ha ofrecido un mitin desde la Plaza del Sagrado Corazón de la capital vizcaína, desde donde posteriormente ha partido una manifestación que ha concluido en la plaza Circular.
Este Primero de Mayo ha sido el arranque oficial de la recogida de firmas para promover una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que articule la reivindicación de un SMI vasco a través de los Parlamentos vasco y navarro. Por ello, han colocado dos mesas para recabar apoyos a lo largo del recorrido de la marcha, en la que, según datos de ELA, han participado 10.000 personas.
Mitxel Lakuntza ha advertido de que la lucha para «traer el SMI a Euskal Herria solo acaba de empezar». Ha afirmado que conseguir un SMI propio es una «tarea tan ilusionante como posible» y ha asegurado que ELA «no va a renunciar a disputar un reparto más justo de la riqueza».
Tras asegurar que el SMI español «impuesto desde Madrid» no responde a la realidad vasca «ni permite sacar de la pobreza a miles de trabajadores del país». Lakuntza ha afirmado que un SMI más alto también serviría para reducir la brecha salarial de género, origen, edad o funcionalidad". ELA defiende que se fije en 1.795 euros.
«Cuando hemos planteado la negociación de un acuerdo interprofesional para establecer un SMI propio, Confebask y CEN nos han dado un portazo. Se niegan a reconocer nuestra realidad, porque defienden una legislación laboral española que les permite seguir imponiendo salarios de miseria», ha afirmado.
En este sentido, ha advertido de que «no se van a quedar ahí» porque «traer el SMI a Euskal Herria es una prioridad estratégica para ELA». Por ello, ha animado a llenar los «cuadernos de firmas» por una ILP para que «esta competencia se decida aquí».
«La pregunta es clara: ¿Está usted de acuerdo en solicitar al Gobierno español que transfiera la competencia sobre el SMI a nuestro país? ELA va a trabajar para que esa pregunta obtenga una mayoría clara a favor (..) Y también se lo hemos dicho al Lehendakari: no es posible ni aceptable la equidistancia cuando hablamos de las condiciones de vida de las personas más precarias. ¿Cree el Lehendakari que el SMI debe subir? ¿Cree que debe decidirse aquí? Si la respuesta es sí, tiene que ponerse manos a la obra y exigir a la patronal que se siente a negociar», ha remarcado.
Estatus
Lakuntza ha asegurado que Euskadi necesita un nuevo estatus que garantice «un marco laboral y de protección social propio» y cree que esta lucha por un SMI propio pone sobre la mesa «un debate de fondo», el de quién decide sobre las condiciones de vida y de trabajo.
En este contexto, ha aludido a que las tres principales fuerzas políticas ya adelantan «un supuesto consenso para abordar una nueva reforma estatutaria» y ha reclamado que esa negociación debe contar con la participación social.
Lakuntza se ha preguntado qué sentido tiene un nuevo estatuto si ni siquiera están «garantizadas competencias reales sobre lo que afecta a la vida cotidiana». Ha afirmado que el punto de partida debe ser una «lectura crítica del incumplimiento del Estatuto de Gernika» y ha advertido que, además de ese «incumplimiento por parte del Estado», a través de leyes básicas, se pueden seguir «cepillando estatutos».
Retos
Tras subrayar que en este Primero de Mayo hay «infinidad de razones» para «la lucha por un mundo más justo y solidario» y congratularse de que «la fuerza del sindicalismo vuelva a aparecer en la calle», ha aludido a los actuales retos y ha dicho que la guerra y el capitalismo es «una alianza sangrienta» contra la clase trabajadora.
Lakuntza ha criticado el actual «proceso de militarización global» y el «papel central que está jugando la OTAN». Tras recordar que la sociedad vasca dijo «no a la OTAN», ha asegurado que esa voluntad popular «sigue siendo válida».
«ELA continuará exigiendo la salida de Euskal Herria de la OTAN, una de las organizaciones más peligrosas para la paz», ha indicado Lakuntza que ha expresado su solidaridad con el pueblo palestino
Oposición a la estrategia de militarización
Mitxel Lakuntza ha pedido a los gobiernos vasco y navarro que se opongan a la «estrategia de militarización». A su juicio, el respaldo de Pradales y Chivite «a esta deriva militarista es especialmente grave» porque ese «aumento del gasto militar es una amenaza para la paz, la democracia y los derechos sociales».
«¿Cómo se puede justificar que en un país donde crecen la desigualdad y el empobrecimiento, donde hay miles de personas sin acceso a vivienda o con servicios públicos en deterioro, la prioridad política sea la industria armamentística, cómo explica el Lehendakari a los profesores en huelga que quieren mejorar la calidad de la enseñanza pública que el aumento del gasto militar es una prioridad», se ha preguntado.
Por ello, ha pedido que ese dinero se destine a las necesidades esenciales de la ciudadanía. «Lehendakari más residencias, mas colegios y hospitales y menos gastos militares», ha agregado.
«Y quienes más van a pagar el precio son, una vez más, los trabajadores. Esta estrategia está siendo comandada por la OTAN, respaldada por la CE, por el Gobierno de Sánchez y también, lamentablemente, por los gobiernos de Pradales y Chivite. Ellos han decidido dar por bueno destinar 800.000 millones al aumento de la industria militar», ha agregado.
Lakuntza se ha mostrado convencido de que ese dinero saldrá de «recortes» en sanidad, en educación y en vivienda y ha acusado al presidente Pedro Sánchez de «mentir» porque «sabe que financiar la guerra implica dejar de invertir en vida».
Por otra parte, ha denunciado que las políticas actuales de Donald Trump y EEUU demuestran «claramente que el capitalismo siempre tiene una versión peor», un «capitalismo salvaje y suicida».
Mitxel Lakuntza cree que las consecuencias de todas esas políticas también se notarán en el País Vasco, «en el empleo, en la inflación y en el debilitamiento de la protección social».
Lakuntza, que ha criticado la ausencia de una política industrial y ha pedido crear un fondo público de 2.300 millones, ha asegurado que los problemas de la clase trabajadora vasca «no empezaron con Trump» porque llevaba «años sufriendo las consecuencias de unas políticas neoliberales», años de «recortes, de precarización, de debilitamiento de los servicios públicos».
Ha agregado que los «logros» solo vienen cuando hay «organización» y ha querido trasladar un mensaje de ánimo a todos los trabajadores en huelga, a los del sector de cuidados o a los afectados por EREs, entre otros. También ha aludido también a la fiscalidad y al acuerdo alcanzado por PNV y PSE-EE con Elkarrekin Podemos, que ha calificado de «nefasto».
Por último, Lakuntza ha terminado advirtiendo que la clase trabajadora «no calla, no está parada». «Hoy, lo hemos dicho en voz alta: no vamos a permitir la guerra, ni el capitalismo salvaje, ni el recorte de derechos», ha concluido.
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