La muestra, titulada «Del Greco a Zuloaga. Obras maestras del arte español en el Museo de Bellas Artes de Bilbao», que podrá verse hasta septiembre, recala en el museo de la capital vizcaína tras haber sido exhibida hasta mediados de marzo en el Museo Bellas Artes de Sevilla, donde recibió 115.808 visitas.
La presentación de la exposición ha contado este martes con la presencia del director de la pinacoteca, Miguel Zugaza; la presidenta del Patronato del museo, Elixabete Etxanobe; el director general de la Fundación Bancaria BBK, Gorka Martínez; el conservador de Arte Antiguo del museo, José Luis Merino, quien asimismo ha comisariado la muestra; y el coordinador de Conservación e Investigación, Javier Novo.
La exposición recorre cuatro siglos de arte español, desde el siglo XVI a principios del XX, y ha sido dividida en tres ámbitos temáticos: bodegones, naturalezas muertas y paisajes; retratos y, por último, piezas de arte sacro o religioso, apartado donde destacan dos tallas religiosas en madera y pequeño formato: 'Calvario' (c. 1576-1580), de Juan de Anchieta y 'Dolorosa' (c. 1754-1756) de Juan Pascual de Mena.
La nómina de artistas seleccionados incluye nombres tan relevantes como Alonso Sánchez Coello, El Greco, Juan Pantoja de la Cruz, Pedro Orrente, Francisco de Herrera el Viejo, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo, Juan de Arellano, Claudio Coello, Luis Meléndez, Luis Paret, Francisco de Goya, Ignacio de Iriarte, Vicente López o Ignacio Zuloaga, entre otros.
Como novedad, se presenta por primera vez al público el lienzo, recientemente adquirido «La plaza de toros de Sevilla», original de Mariano Fortuny (c. 1870). Su incorporación al museo, gracias al legado de Begoña María Azkue, puede considerarse «un hito para la colección», por ser Fortuny «uno de los artistas de mayor calidad de la pintura europea del siglo XIX», ha resaltado José Luis Merino.
El cuadro, que formaba parte del fondo del estudio del pintor, tras su repentina muerte en Roma, en noviembre de 1874, fue subastado en 3.250 francos en la subasta organizada en el Hôtel Drouot de París el 27 de abril de 1875. Luego se perdió su rastro, hasta su reaparición en una exposición sobre el artista que se celebró en Barcelona en 1989.
Recorrido temático
La exposición arranca en la sección «De la mesa al horizonte. Naturaleza muerta y paisaje» con dos de los pintores de naturaleza muerta más emblemáticos en la historia del género: Juan de Arellano y Luis Meléndez. Ambos «manifiestan a la perfección», y con casi un siglo de diferencia, «las posibilidades sensoriales y el gusto por el detalle de este imperecedero género de la pintura» ha subrayado Merino.
Junto a ellos, cuatro paisajes fechados entre los siglos XVII y XIX aportan distintas variaciones a las representaciones del territorio. La exposición presenta un paisaje con figuras de Ignacio de Iriarte, en el que la iluminación en penumbra y la disposición en distintos planos aportan misterio y profundidad a la composición.
A su vez, pueden verse un catálogo de edificios imaginarios en perspectiva en torno a un relato bíblico de Francisco Gutiérrez Cabello; una pintura de vistas de Luis Paret con una panorámica de Bermeo y una escena de género titulada 'Dama leyendo una carta', de José Camarón. Por último, se ha situado en este bloque la novedad de la muestra, la plaza de toros de Sevilla de Mariano Fortuny.
La parte central de la exposición, titulada «Más allá de la superficie. Retratos», reúne ejemplos de diferentes aproximaciones a otro de los grandes géneros de la pintura: el retrato individual, bien sea cortesano, representado por Alonso Sánchez Coello, Juan Pantoja de la Cruz y Claudio Coello, o «lo divino», una adaptación especial del género presente en las santas de Francisco de Zurbarán.
Fechados ya a finales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX, los cuadros de Goya y Vicente López explican, en su captación psicológica y en su talento escenográfico, respectivamente, «por qué ambos artistas son considerados entre los mejores representantes de la pintura de retrato».
Cierran la selección dos figuras femeninas con paisaje a cargo de Ignacio Zuloaga, que cita la tradición pictórica española en las enseñanzas del Greco y Goya, y Anselmo Guinea, que asimila la luz impresionista aprendida en París.
Arte sacro
Para finalizar el recorrido, la sección «Luces y sombras de la devoción. Arte sacro» exhibe un conjunto de imágenes al servicio de la fe. Junto a los maestros de los siglos XVI y XVII -el Greco, Juan de Anchieta, José de Ribera, Francisco de Zurbarán y Bartolomé Esteban Murillo- pueden verse obras destacadas de Francisco de Herrera el Viejo, Pedro Orrente, Vicente Castelló, Juan Ribalta y José Antolínez.
La secuencia se alarga hasta el XVIII con Luis Paret y 'La Virgen con el Niño y Santiago el Mayor', y Juan Pascual de Mena, que representa a María en una imagen de devoción privada en la que «el movimiento contenido de la figura y los pliegues concentran su dolor aliviado solo en parte por la elegante policromía» explica su comisario.
En su intervención, Miguel Zugaza ha explicado que el 70% de la colección reunida por el museo a lo largo de su historia procede de legados, donaciones y aportaciones de instituciones públicas, como la Diputación Foral de Bizkaia, que aportó en 1919 una de las obras expuestas, Santa Isabel de Turingia (c.1650-1660), de Zurbarán.
Por su parte, Gorka Martínez, de BBK, ha felicitado al museo por su «capacidad de reinvención» para, en pleno proyecto de reforma y ampliación, haber sido capaz de exponer «desde un nuevo y diferente punto de vista, estas obras maestras ya conocidas de su colección».
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