Moreno pide "diplomacia inteligente" para evitar una "guerra absurda" por las "bravuconadas" de Trump con los aranceles

Juanma Moreno, este martes en Madrid | Foto: JUNTA DE ANDALUCÍA

TW
0

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha abogado este martes por una «diplomacia inteligente» de la Unión Europea y del Gobierno de España para evitar una guerra comercial «absurda» con la administración de Estados Unidos a raíz de las «bravuconadas» de Donald Trump con los aranceles a productos europeos.

Durante su intervención en la V Edición del Foro Económico de El Español 'Wake Up Spain', en Madrid, Moreno ha indicado que hay «mucha preocupación» en Andalucía por los posibles aranceles de Estados Unidos a productos de la UE, ya que, junto a Cataluña, es la comunidad autónoma más exportadora a ese país.

«Es un mazazo», ha indicado Juanma Moreno, quien ha señalado que para una empresa andaluza, lograr introducir un producto en el mercado estadounidense es un trabajo de décadas muy costoso y complejo, ya que es un mercado «muy selecto y muy exigente».

Que de «la noche a la mañana», te pongan un 25% de aranceles, según Juanma Moreno, es «sacarte injustamente del mercado y, por tanto, perjudica clarísimamente a los intereses andaluces y españoles», especialmente en sectores como el agroindustrial y el de la automoción.

«Yo lo que le pediría al Gobierno y a la Unión Europea es una diplomacia inteligente, tenemos músculo económico, tenemos capacidad de influencia y, por tanto, que peleemos en términos diplomáticos con Estados Unidos para intentar evitar una guerra comercial completamente absurda que solamente va a perjudicar al comercio mundial y, por tanto, va a perjudicar a la capacidad de desarrollo, avance y progreso en muchas zonas del planeta», según Moreno, para quien los propios Estados Unidos también se van a ver perjudicados.

Ha confiado en que, ante esas «bravuconadas» sobre los aranceles que la administración de Donald Trump está lanzando, «allá un punto de rigor, de sentido común, de acuerdo, que nos permita que los intereses legítimos de cada país, de cada zona europea y del mundo» se defiendan «dentro de unos principios fundamentales en la organización mundial del comercio, como se ha hecho hasta ahora» y que «no nos perjudiquemos en una guerra en la que no gana nadie».