Congoleños en Euskadi reclaman "justicia" y piden reacción internacional para República Democrática del Congo

En la guerra en el país africano, según ha manifestado la organización, «una mujer sigue siendo violada cada cuatro minutos, los ataques contra la población civil se han multiplicado, con miles de muertos y hay más de siete millones de personas desplazadas». «Es una catástrofe humanitaria silenciada», han explicado.

Durante la concentración, la cofundadora de la asociación FAMEKA de cooperación al desarrollo de mujeres congo-vascas, Marie Lucia Monsheneke, ha denunciado que en República Democrática del Congo «lleva décadas de violencia, de guerras impuestas y el mundo entero está en silencio».

«Bien sabemos por qué es la guerra, entonces decimos que nuestros recursos naturales, la riqueza del país, es al mismo tiempo una maldición, porque estamos matando mujeres y a la población. No estamos hablando de hace 30 años, estamos hablando de lo que hace semanas. Ayer mismo hubo matanzas», ha lamentado.

Ha advertido de que alzarán la voz «no solo por ser congoleños, sino por humanidad». Se ha preguntado «por qué no se está actuando» a nivel internacional «con todo lo que está pasando» y ha subrayado que se está «humillando a la humanidad» si hay una reacción.

"silencio mundial"

Desde la organización han subrayado que «mientras el horror avanza, el silencio mundial persiste». Durante la concentración, los asistentes, una treintena, han manifestado que su vida vale más que «el oro, el coltán y el diamante» a través de canciones del país y reclamas como «si el Congo cae, el mundo cae» o «queremos justicia».

Las principales exigencias han sido la de el fin de la guerra y la «protección inmediata de la población civil», justicia para las víctimas de violencia sexual y «acción inmediata» de la comunidad internacional.

Esta movilización se ha convocado como parte de la Campaña Global #IfSheFallsWeAllFall, que denuncia la crisis en República Democrática del Congo y presiona a gobiernos y organismos internacionales para que actúen. «El silencio es complicidad», han advertido.