CaixaForum València acoge la exposición 'Tattoo. Arte bajo la piel' | JORGE GIL

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CaixaForum València presenta 'Tattoo. Arte bajo la piel', una muestra producida y organizada por el Musée du Quai Branly-Jaques Chirac de París y Fundació la Caixa, que expone un recorrido por la historia del tatuaje bajo una mirada antropológica y lo reivindica como «arte por derecho propio».

La exposición, «la más completa realizada nunca» sobre el tatuaje, llega tras viajar alrededor del mundo a València, donde permanecerá en el edificio del Ágora hasta el próximo 27 de agosto. Su presentación ha tenido lugar este jueves a cargo de la directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundació 'la Caixa', Isabel Salgado; el director del Caixaforum València, Álvaro Borrás; la directora de Desarrollo Cultural del Musée du Quai Branly, Christine Drouin; y el coordinador del proyecto expositivo, Adrien Flament.

«La muestra explora el universo del tatuaje y propone una mirada única y singular sobre esta práctica ancestral», ha explicado Flament, quien ha incidido en que es la primera en presentar la «dinámica artística y su historia» a través de diferentes artefactos y desde un enfoque contemporáneo. «Es la primera que presenta el tatuaje como arte por derecho propio», ha apuntado.

Así, 'Tattoo. Arte bajo la piel', «coge el pulso a la cultura contemporánea», un camino que quiere continuar el Caixaforum, según ha señalado Salgado. Así, ha destacado la mirada «muy transversal, histórica y antropológica» que arroja a lo largo del recorrido, pero también «contemporánea». «Va creciendo en cada lugar por el que pasa y en cada país al que viaja se van añadiendo artistas contemporáneos».

Además, Salgado ha celebrado la oportunidad que brinda para atraer a un público nuevo que «nunca había entrado en el Caixaforum» y que confía en que «no sea la última vez que entre».

«Es un reconocimiento a los tatuadores y a los tatuados», ha señalado el director del CaixaForum València, quien ha presentado este recorrido «por la historia, por el espacio y el tiempo del tatuaje a través de los trazos del propio tatuaje».

Así, Borrás ha remarcado el «estatus artístico inapelable» de los tatuajes, un «fenómeno social, cultural y gobal» que tiene sus propios códigos, géneros y referentes. «Debe ser incluido --el tatuaje-- en la historia del arte», ya que «tiene suficiente entidad».

Por su parte, Drouin ha celebrado la «cuarta etapa» de esta exposición en España y ha destacado que, desde su inauguración en 2014 en el Musée du Quai Branly-Jacques Chirac de París, no ha dejado de recorrer el mundo, pasando por ciudades como Toronto, Taiwan o Los Ángeles; y ya es la exposición más visitada desde que el museo de la capital francesa abrió en 2006.

"patrimonio histórico"

El recorrido se divide en cinco secciones, a través de las cuales se puede conocer la historia de los tatuadores y los tatuajes a lo largo de las distintas épocas y continentes, y que demuestran el «patrimonio histórico de la riqueza de obras contemporáneas», según Flament. En este sentido, Flament ha señalado que la muestra «pone al mismo nivel la cultura popular y tradicional del tatuaje».

Además, incluye una serie de piernas, brazos y torsos de silicona encargados para la exposición, en los que una serie de reconocidos artistas internacionales ha demostrado su arte y ha realizado una serie de «reinterpretaciones actuales» de las diferentes técnicas del tatuaje. Para Flament, la exposición demuestra la «efervescencia y ebullición constante» de una historia contemporánea que «no deja de evolucionar».

Así, entre las más de 240 piezas expuestas se incluyen 24 prototipos hiperrealistas del cuerpo humano tatuados por «maestros del tatuaje» entre los que se encuentran los norteamericanos Kari Barba y Jack Rydy; el francés Tin-Tin; el japonés Horiyoshi III, el suizo Feliz Leu, el de Nueva Zelanda, Mark Kopua, el danés Colin Dale, el inglés Xed Lehead o el polinesio Chimé.

En este sentido, con su llegada a España se han incorporado las de los artistas Laura Juan (España), Jee Sayalero (España), Brian Gomes (Brasil) y Taku Oshima (Japón).

«Desde siempre el tatuaje ha distinguido a cada individuo dentro de cada sociedad. Su uso difiere según las sociedades en las que esté presente, y eso es lo que la exposición nos ayuda a comprender», ha explicado Flament, quien ha subrayado que, pese a las diferentes tradiciones y concepciones del tatuaje, este arte «no deja de ser una relación entre el individuo y su sociedad».

Asimismo, entre las piezas expuestas, destacan elementos como una pluma eléctrica presentada por el inventor Thomas Edison en 1877 --y que fue el antecedente de la máquina de tatuar actual--; un baúl para transportar las herramientas de los tatuadores ambulantes; un retrato en pintura acrílica de Artoria, una célebre artista del sideshow de la década de 1920; un álbum original de Rich Mingus, editado por Henk Schiffmacher en 2011, con fotografías, postales y fragmentos de publicaciones periódicas relacionados con el tatuaje desde el siglo XIX.

También recoge una diversa muestra de retratos de grupos pertenecientes a diferentes culturas, épocas y tradiciones con sus tatuajes identificativos. En este sentido, se incluyen fotografías de la pandilla mara centroamericana o la mafia japonesa yakuza, pero también un retrato de mujeres algerianas que refleja la tradición bereber de tatuarlas para «prepararlas para el matrimonio», una práctica que fue prohibida y perseguida por la religión musulmana.

"un viaje por la historia del tatuaje"

El viaje por la historia del tatuaje arranca desde una perspectiva global para comprender el vínculo del tatuaje con lo marginal, la delincuencia y su espectacularización. En la segunda parada de la muestra, se presenta el tatuaje como un arte en movimiento, haciendo hincapié en su expansión por Japón, América del Norte y Europa desde su origen hasta la actualidad.

En la tercera parada, se expone el renacimiento del tatuaje tradicional en Nueva Zelanda, Samoa, Polinesia, Indonesia, Malasia oriental, Filipinas y Tailandia. A partir de la década de 1970, surgen nuevas escuelas y se expanden a nuevos territorios del mundo como China y Taiwán, así como Latinoamérica, con el tatuaje chicano, aspecto que se aborda en el cuarto ámbito.

La muestra termina su recorrido con una reflexión sobre el tatuaje en la actualidad y su perpetuo afán por la renovación, en la que se diferencian las dos corrientes actuales: una, marcada principalmente por la reinterpretación de géneros históricos, y otra, que explora las posibilidades de las artes gráficas más allá de los códigos clásicos.