La consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, y la secretaria de Hacienda, Marta Espasa. | Europa Press - EUROPA PRESS

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La Agència Tributària de Catalunya (ATC) ha aflorado 1.055 millones de euros procedentes del fraude fiscal entre 2019 y 2022, un 42,5% más que en el periodo 2015-2018, en el marco del segundo plan de prevención y reducción del fraude fiscal.

Lo ha explicado este miércoles la consellera de Economía y Hacienda de la Generalitat, Natàlia Mas, en rueda de prensa acompañada por la secretaria de Hacienda, Marta Espasa.

Mas ha explicado que esta cifra equivale a la partida presupuestaria anual destinada a las universidades o a más del doble del presupuesto anual de la Conselleria de Cultura.

Durante los cuatro años del plan, los cuerpos tributarios de la ATC han realizado más de 208.000 actuaciones, y el 98% del fraude se concentra en los impuestos de sucesión y donaciones; patrimonio y transmisiones patrimoniales, y actos jurídicos documentados.

En concreto, el 39,4% del total, 416 millones, corresponden al impuesto de sucesiones y donaciones; el 31,2%, 329 millones, al de patrimonio, y el 27,4%, 289 millones, al de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.

Las actuaciones de la ATC también han aflorado 124 millones por cambios de residencia ficticios, y 60 millones por bienes y activos situados en el extranjero.

Mas ha destacado que el incremento es fruto del trabajo de la ATC y de la apuesta del Govern para «fortalecerla».

Plan 2023-2026

Espasa ha asegurado que el plan entre 2019 y 2022 tiene «una valoración global muy positiva» y ha explicado que el nuevo plan para el periodo 2023-2026 cuenta con 70 medidas, de las que 22 son nuevas.

Como novedad, se realizará una revisión anual del plan «para adecuarlo a un entorno cambiante», lo que permitirá incorporar nuevas medidas o excluir alguna de las existentes.

Entre las nuevas medidas están el fomento de la educación tributaria en Educación Primaria y la ampliación de las acciones de sensibilización en ESO y Bachillerato, o la difusión del destino de algunos de los tributos propios gestionados y recaudados por la ATC.

Espasa ha asegurado que el Govern no se marca «nunca» objetivos de afloración de fraude fiscal y que su trabajo es minimizarlo con prevención, facilitación y control y regularización.