El proyecto empresarial de reciclaje de paneles fotovoltaicos en Albalate del Arzobispo (Teruel) es declarado de interés autonómico. | Europa Press - EUROPA PRESS

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El Consejo de Gobierno, a propuesta del departamento de Economía, Planificación y Empleo, ha declarado de Interés Autonómico el futuro Centro Europeo de Reciclaje Fotovoltaico (CERFO) en el municipio turolense de Albalate del Arzobispo.

Este proyecto empresarial, «pionero» en el reciclaje de paneles fotovoltaicos, está promovido por la consultora aragonesa Íber Sostenibilidad y Desarrollo (Ibersyd) y supondrá una inversión inicial de 2,5 millones de euros y la creación de en torno a 15 empleos directos distribuidos en tres turnos de trabajo.

Así lo ha indicado la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales y portavoz del Ejecutivo autonómico, Mayte Pérez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, donde ha considerado que esta declaración está «más que justificada».

Ha opinado que este proyecto «puede ser fundamental para esta localidad y toda la Comarca del Bajo Martín, como poco, porque las empresas de reciclaje de material fotovoltaico van a ser absolutamente necesarias dado el crecimiento exponencial de las plantas fotovoltaicas».

La consejera ha enfatizado en que es un proyecto «ligado al desarrollo de las renovables» para el reciclado de los materiales que se emplean en los parques solares, «que tienen una vida útil y es importante gestionar que los elementos que los integran puedan reutilizarse y generen el menor impacto ambiental posible».

El Gobierno de Aragón ha recordado que su declaración como proyecto de interés autonómico permitirá agilizar su tramitación, reduciendo los plazos administrativos a la mitad.

Desde 2021

Esta segunda fase del proyecto es la que se va a desarrollar en Albalate del Arzobispo. El Ejecutivo ha indicado que, desde 2021, el Centro Europeo de Reciclaje Fotovoltaico, en cooperación con Fundación CIRCE, trabaja en la optimización de este proceso de revalorización, apoyada por las ayudas a la I+D empresarial que concede el Departamento de Economía en el marco de la estrategia Aragón Circular.

En concreto, el proyecto impulsado por CERFO y CIRCE obtuvo una subvención de 373.750 euros para la búsqueda de una tecnología que permita optimizar la valorización de los materiales que se obtienen en el proceso de reciclaje de los módulos solares y posteriormente llevar a cabo su escalado industrial. CERFO ha sido también una de las 72 empresas y entidades que han logrado obtener el Sello Aragón Circular en su primera convocatoria.

En esta segunda fase, esta nueva planta industrial de la empresa, ubicada en una parcela de más de 6.000 metros cuadrados en el polígono San Cristóbal, operará durante las 24 horas del día y permitirá tratar unas 1.060 toneladas anuales de residuo fotovoltaico o, lo que es lo mismo, llevará a cabo el reciclaje de 47.520 paneles al año que lleguen al fin de su vida útil, se estropeen o haya que sustituir, logrando transformar el 87% de cada placa fotovoltaica en materiales de alto valor para la industria.

El proyecto será escalable con el objetivo de atender la demanda creciente relacionada con la instalación de proyectos fotovoltaicos. El reciclaje de módulos fotovoltaicos se hará mediante un proceso innovador centrado en el desarrollo de una metodología térmica, química o termoquímica que haga posible, a partir de paneles fotovoltaicos de silicio mono o policristalino, recuperar el aluminio, el vidrio, las células de silicio y otros metales para una posterior reutilización o manufactura.

El Gobierno de Aragón ha manifestado que, en la actualidad, no hay ningún proceso industrial capaz de recuperar plata y silicio con la pureza necesaria, «por lo que este proyecto supondrá un gran avance respecto a los estándares de reciclaje actuales».

Según sostiene la propia empresa en la documentación facilitada, el proyecto tendrá importantes efectos socio-económicos para la zona, especialmente, y, en general, para Aragón, no solo en cuanto a su aporte en riqueza, desarrollo económico y capacidad para generar empleo, sino por su aportación en el impulso de la transición hacia una economía circular, defendiendo una industria sostenible e innovadora, coincidiendo con los objetivos de la estrategia Aragón Circular, impulsada desde 2020 por el Gobierno autonómico.