Actuación del último espectáculo de creación de Dagoll Dagom, 'L'alegria que passa', una adaptación del clásico de Santiago Rusiñol que mezcla texto, música, canto y danza y que se estrenará el lunes 6 de marzo en el Teatre Poliorama de Barcelona | Europa Press - EUROPA PRESS

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La compañía Dagoll Dagom rinde un homenaje al teatro con su último espectáculo de creación, 'L'alegria que passa', una adaptación del clásico simbolista de Santiago Rusiñol que mezcla texto, música, canto y danza y se estrenará este lunes 6 de marzo en el Teatre Poliorama de Barcelona.

Así lo ha explicado el director de escena y encargado de la adaptación del texto, Marc Rosich, en rueda de prensa este viernes en Barcelona junto a la productora artística Anna Rosa Cisquella; el director musical, Andreu Gallén, y la directora coreográfica, Ariadna Peya.

'L'alegria que passa' empieza cuando la compañía musical L'arca del talent llega a un pueblo industrial, «anodino y aburrido», contratada por el alcalde; será entonces cuando su hijo, Joan, se enamore de la gran estrella de la compañía, Zaira, que, a diferencia de él, está cansada de su vida nómada y quiere quedarse a vivir en el pueblo.

Entonces entrarán en conflicto el agresivo mánager de Zaira y el alcalde, que obliga a su hijo a renunciar a sus sueños, y el espectador verá las consecuencias del choque entre dos mundos.

Ofrece "un juego muy teatral"

Rosich ha destacado que 'L'alegria que passa' propone «un juego muy teatral en el que todos los intérpretes» encarnan a personajes de ambos mundos, y son también los encargados de tocar parte de la música en escena, como el piano y la guitarra en varias canciones.

En esta ocasión, la compañía se reencuentra con Àngels Gonyalons, que interpretó a Blanca en la primera producción de 'Mar i cel' en 1988, y repite con Mariona Castillo, protagonista de 'Cop de rock', en un elenco completado por Jordi Coll, Júlia Genís, Eloi Gómez, Pol Guimerà, Basem Nahnouh, Pau Oliver y David Pérez-Bayona.

Cisquella: es "una nueva forma de musical"

Para Anna Rosa Cisquella, la compañía ha apostado por culminar su trayectoria con un proyecto de riesgo y con gran implicación emocional: «No nos hemos instalado en la comodidad, sino que nos hemos arriesgado y, si funciona, será una nueva forma de musical».

Ha asegurado que esta obra de Rusiñol demuestra «que los clásicos son modernizables» y ha reafirmado la voluntad de la compañía de trasladar estas versiones actualizadas a las nuevas generaciones, por lo que entre semana se realizarán funciones para institutos.

Después de este espectáculo, la compañía tiene previsto realizar una cuarta y última reposición de 'Mar i cel' en 2024 antes de poner punto y final definitivamente a una carrera de casi 50 años.

Gallén remarca "el virtuosismo de los intérpretes"

Andreu Gallén ha remarcado que uno de los puntos fuertes del montaje es el «virtuosismo de los intérpretes en escena» y que su intención es llegar al gran público con un musical poco convencional y que asume riesgos, y ha instado a los teatros públicos a atreverse a apostar más por este tipo de propuestas.

Por su parte, Ariadna Peya ha explicado que todas las fases del proceso creativo han sido colectivas y se ha mostrado agradecida por el compromiso de Dagoll Dagom con la «danza y el movimiento, que forman parte de la dramaturgia» y que han enriquecido el relato poniéndose al mismo nivel que las otras disciplinas.