Fachada exterior del edificio que albergará el Centro Internacional de Acogida de Refugiados en Vitoria | Iñaki Berasaluce - Europa Press

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La asociación Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba ha considerado «oportuna» la apertura de un centro para personas refugiadas en Vitoria-Gasteiz, siempre y cuando venga acompañado de una serie de recursos adicionales que favorezcan la acogida en inserción social de las personas llegadas a la capital alavesa.

En un comunicado, el colectivo en defensa de los derechos humanos ha reclamado este jueves que «el centro no se abra en solitario, sino como parte de un conjunto de recursos habitacionales», habilitados en la ciudad para las personas refugiadas, según sus perfiles y necesidades.

Asimismo, ha demandado que «la ubicación del Centro Internacional de Acogida a Refugiados se decida según un plan general de reutilización de inmuebles de titularidad pública hoy vacíos e infrautilizados» con el objetivo de dar respuesta a otras necesidades sociales que existen en la ciudad como personas de tercera edad con dependencia severa, personas en tránsito o situación de calle y jóvenes, entre otros perfiles.

Aumentar las plazas habitacionales

Por otra parte, ha pedido que su futura apertura vaya acompañada de «un plan operativo municipal y plurianual» que destine y organice los recursos educativos, sanitarios y sociales para sus residentes. También que el centro no sea un edificio aislado y se asocie a un programa de intervención comunitaria en el barrio; así como que, una vez puesto en marcha, «se gestione en coordinación con mesas de diálogo», participadas por asociaciones de vecinos, instituciones, colegios y centro de salud.

El colectivo ha apelado al aumento de las peticiones de asilo en la capital alavesa, 1.044 en el pasado 2022, para solicitar «la necesidad urgente de habilitar plazas habitacionales» de acogida para las personas solicitantes de protección internacional que llegan a la ciudad.

Acogida integral

Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba ha manifestado que se queda al margen del «debate vacuo entre modelo vasco o modelo estatal», en torno a la acogida, para reivindicar que las nuevas plazas han de formar parte de «un modelo de acogida integral y digno».

En este sentido, ha explicado que el sistema debe proporcionar a las personas refugiadas el lugar seguro para vivir que necesitan, en función de sus necesidades; contar con el apoyo de profesionales de diferentes ámbitos como psicológico, jurídico, lingüístico y laboral; así como poder emprender una nueva vida en la ciudad que les acoge con el debido acompañamiento.

Entre otras cuestiones, ha planteado la importancia de «articular procedimientos, normas y leyes» para que las personas refugiadas
puedan desarrollar una vida digna, con autonomía y con acceso a sus derechos en la sanidad, la educación o el empleo.

Por último, ha demandado huir de los «discursos alarmistas» que lanzan los partidos políticos en busca de «réditos electorales» y que solo «generan miedo y enfangan el debate». En este contexto, ha planteado una «intervención social desde lo comunitario» que tenga en cuenta las necesidades de la población del barrio en el que se integran, y que «evite la confrontación entre personas residentes y personas recién llegadas».