Las máquinas comienzan a derribar las chabolas del asentamiento El Walili, en Nïjar (Almería, Andalucía, España). | Rafael González - Europa Press

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Unos 60 residentes en el asentamiento de El Walili en el paraje de Los Nietos de Níjar (Almería) que este lunes veían como sus infraviviendas eran demolidas por orden judicial o consumidas por las llamas han optado por acogerse al alojamiento «transitorio alternativo» que ha sido habilitado por el ayuntamiento en dos naves del polígono industrial de Los Grillos, mientras que la mayor parte de sus moradores han declinado trasladarse hasta allí, bien por no contar con medio de transporte para desplazarse a su lugar de trabajo en las fincas agrícolas, bien por no renunciar a sus enseres.

El desalojo del asentamientos más poblado de la comarca se ha desarrollado en medio de un fuerte dispositivo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado, que, junto a agentes de Policía Local, han sumado un centenar de efectivos y solo se ha visto alterado por el incendio declarado a primera hora de la mañana en una de las chabolas, pero que ha podido ser sofocado pese a extenderse a otras infraviviendas sin causar heridos por la dotación de bomberos del Levante que se ha incorporado al operativo con dos vehículos autobomba.

Mientras las máquinas retroexcavadoras, palas y excavadoras echaban abajo el asentamiento que se levantó hace años junto a la carretera de Los Albaricoques y reducían a un montón de palés, plástico y otros materiales las chabolas, los residentes de El Walili esperaban al otro lado de la vía, en el arcén junto a un invernadero, la llegada de los autobuses fletados por el ayuntamiento para su traslado hasta el centro de acogida temporal instalado en Los Grillos.

Junto a ellos, bolsas con su ropa, objetos de aseo e higiene, sus bicicletas y patinetes. Otros residentes apilaban otros enseres, como pequeños electrodomésticos, mobiliario como mesas, sillas, o colchones, pero la mayoría emprendía un camino a pie con destino incierto llevando a cuestas sus pertenencias y en busca de alojamiento en otro asentamiento, o con amigos o familiares.

En las labores de desmantelamiento se han extendido a lo largo de la mañana, de modo que al mediodía, tras más de cuatro horas de trabajo sobre el terreno, cerca de un tercio del asentamiento había sido ya derribado por los operarios mientras que los técnicos de la compañía eléctrica Endesa han procedido al corte de unos 90 enganches irregulares a las seis torres ubicadas en la zona.

La presencia de estas conexiones junto con otros elementos, como hornillos precarios y bombonas de butano, fueron algunos de los argumentos empleados por el Ayuntamiento de Níjar ante el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 4 de Almería para solicitar judicialmente la entrada en el asentamiento, dados los riesgos de incendios y electrocución que hacen peligrar la vida de sus moradores y el funcionamiento de la red.

Finalmente, de los 450 a 500 residentes en El Walili, unos 60, tras ser atendidos por una asistente social, han subido a los dos autobuses fletados por el ayuntamiento para su traslado hasta las naves habilitadas para acogerlos. Entre ellos, cuatro mujeres que han sido realojadas en un hostal del municipio.

Los trabajadores de las ONG que han recibido a los trabajadores temporeros a su llegada a Los Grillos les han facilitado comida y bebidas calientes y les han informado de cuales son las normas de convivencia. Las personas de origen magrebí han sido ubicadas en una de las naves habilitadas con literas, la de mayor tamaño, mientras que los ciudadanos subsaharianos se han alojado en una segunda nave.

Según ha indicado a Europa Press Carmen Domínguez, presidenta de Medicos de Mundo, una de las ONG que ha participado en colaboración con el consistorio en el dispositivo, el realojo ha transcurrido «bien, con normalidad», si bien han sido «pocos» los residentes de El Walili que han optado por la alternativa dada por el ayuntamiento.

"incertidumbre"

En las conversaciones mantenidas con ellos, han trasladado su «incertidumbre» ante lo que va a pasar a partir de este momento; «Algunos de los que han venido nos han dicho que si no encuentran un medio de transporte para poder ir a trabajar, van a tener que irse porque no pueden perder ni un día de trabajo, ni un euro ni para ellos ni para sus familias en sus países de origen», según ha explicado.

La limitación que ha supuesto que a centro de acogida temporal solo hayan podido llevar su ropa, objetos de aseo y «poco más» ha disuadido también a muchos. «Algunos llevan muchos años residiendo en este asentamiento y, claro, no han querido renunciar a sus cosas, a sus microondas, neveras y otros enseres», ha precisado.

Domínguez ha aludido, asimismo, a «supuestas presiones» que estarían recibiendo de algunas organizaciones «que les están diciendo que tienen derecho a conservar su casa». «No sabemos hasta que punto ha podido influir este extremo, pero si nos consta que muchos residentes se están marchando a otros lugares, a otros asentamientos», ha señalado.

La presidenta de Médicos del Mundo ha valorado la iniciativa del Ayuntamiento de Níjar con un proyecto piloto que «por primera vez» plantea la erradicación de los poblados chabolistas de los temporeros que trabajan en las explotaciones agrícolas intensivas de la comarca y la «buena fe» desde la que han actuado todos los implicados en la iniciativa.

Al hilo de esto, ha considerado que, de cara a actuaciones futuras, hay que analizar cómo se ha desarrollado esta primera para «pulir» algunos aspectos. «Queremos hacer hincapié en la necesidad de contar con los afectados, de hablar con ellos y de incorporar sus aportaciones», ha explicado.

En concreto, ha hecho referencia a que los residentes en El Walili plantearon que el desalojo se aplazara al 30 de mayo, fecha de finalización de la campaña agrícola en la zona. «Hubiera sido quizá más conveniente ya que muchos aprovechan para marchar de vacaciones a sus países de origen o para trasladarse a otras provincias para participar en otras campañas agrícolas», ha concluido.

La iniciativa en la que el Ayuntamiento trabaja desde hace años en colaboración con otras administraciones y la patronal empresarial agrícola, desde la que se ha expresado en distintas ocasiones su preocupación por la imagen que se ofrece del campo almeriense entre los consumidores de frutas y hortalizas en Europa, plantea como principales dudas las alternativas habitacionales que se ofrecerá a los moradores del Walili, quienes incluso deben demostrar, en caso de acceso a las mismas, que forman parte del asentamiento.

Algunas organizaciones, como la plataforma 'Derecho a techo', afirma que son cerca de 500 personas que las que integraban el asentamiento; una cifra que el consistorio siempre ha reducido sin especificar el número de personas que forman parte del mismo, aunque sus recuentos apuntaban a la existencia de unas 200 chabolas. El gobierno local abrió además un registro de demandantes de realojo hace meses sin que haya trascendido el número de personas inscritas en el mismo.

A este extremo se une además la falta de finalización de las 62 viviendas de alojamiento temporal proyectadas en Los Grillos que cuentan con una aportación de 1,5 millones de euros de fondos europeos otorgados a través de la Junta de Andalucía, cuyos responsables reconocían que aún no estaban terminadas si bien se han mantenido al margen de los desalojos, al entender que las competencias para llevar a cabo esta actuación son municipales.