El director del Servei Català de Trànsit (SCT), Ramon Lamiel, durante la rueda de prensa | TRÀNSIT

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El director del Servei Català de Trànsit (SCT), Ramon Lamiel, ha explicado este miércoles que incorporarán tres motos de Mossos de paisano --sumadas a las dos que ya operan-- y más radares fijos para reducir la siniestralidad en carreteras catalanas este año.

Lo ha dicho en una rueda de prensa en la Conselleria de Interior para presentar el balance de siniestralidad del año 2022 junto al jefe de la Unidad de Tráfico de los Mossos d'Esquadra, Andreu González.

Lamiel ha detallado que tienen previsto iniciar una promoción en los Mossos d'Esquadra para incorporar más de 175 efectivos en la Unidad de Tráfico y nuevos equipos móviles, lo que supondrá «un refuerzo importante en esta unidad».

Ha destacado que se realizarán más controles de vehículos pesados, se añadirá tecnología para controlar los datos de tacógrafos de los camioneros y se instalará un sistema de control de velocidad variable en la carretera C-58 con previsión de incorporarlo en otras vías rápidas.

También trabajarán con la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) para realizar un algoritmo de evaluación de riesgo en carreteras e incorporar elementos de realidad virtual contra la violencia viaria a través de la Universitat de Barcelona (UB) y, además, tiene previsto iniciar campañas cada mes para abordar la siniestralidad y aumentar la información por redes sociales.

Por otro lado, desde el Servei Català de Trànsit reforzarán los planes locales de seguridad viaria para ayudar a los municipios a reducir la siniestralidad y se iniciará la subvención de 10 millones de euros que se dio a 92 municipios para realizar proyectos de pacificación del tráfico.

12 víctimas mortales en enero

Lamiel ha lamentado que durante el mes de enero de este año ha habido 12 víctimas mortales en carreteras catalanas, ocho de ellas concentradas en accidentes en tres días: «Las cifras son muy malas, pero estamos dentro de los valores medios».

Ha detallado que tres de las víctimas murieron el 6 de enero en la carretera B-23, «es una carretera que no suele ser una vía con una alta siniestralidad, en la que se produjo una situación trágica».

«Nos preocupa mucho la movilidad interna. Estamos viendo esta movilidad de perímetro, más laboral, más de días laborales, que ha provocado estas 12 víctimas mortales y muchas de ellas todavía se están investigando», ha añadido.

También ha explicado que 11 de las 12 víctimas mortales vivían cerca de donde han sufrido los accidentes: «Si esto pasa cerca de donde vives y donde te conoces las carreteras, podemos extraer conclusiones como el exceso de confianza».