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La Fiscalía de Tirana (Albania) ha pedido a la Embajada española en el país que intervenga ante el Estado para conseguir una respuesta a las comisiones rogatorias en las que ha reclamado el envío del corazón de un ciudadano albanés muerto en 2020 en el Hospital del Mar de Barcelona, cuyo cadáver llegó sin este órgano a su país de origen al repatriarlo para una segunda autopsia.

El escrito de la Fiscalía de Tirana a la Embajada, al que ha tenido acceso Europa Press, remarca que el país investiga el asunto como un presunto caso de tráfico de órganos al constatar la ausencia de corazón en el cadáver de Saimir Sula, tras lo que han enviado cuatro oficios y dos comisiones rogatorias: «Pese a nuestra insistencia, no hemos recibido ninguna respuesta», señala la Fiscalía.

El ministerio público albanés hace una petición que califica de «indispensable y legítima»: hacer una prueba de ADN al corazón del difunto, que está depositado en Barcelona y que se extrajo para la autopsia, para confirmar que es el suyo y por eso reclama que, de no poderse enviar el órgano a Tirana, España haga la prueba genética.

Por su parte, fuentes del Ministerio de Justicia han remarcado que la petición judicial corresponde a los juzgados y que el Ministerio «solo asume la función de dar trámite a la solicitud, sin ninguna competencia sobre su contenido».

Han añadido que el Ministerio ha enviado a Albania «todas las diligencias y resoluciones dictadas por el juzgado» que se ha encargado del caso, de quien esperan la respuesta sobre la última petición de Albania para hacer la prueba de ADN.

«Si de momento no se ha practicado esa prueba es porque el juzgado (y no el Ministerio) ha entendido que no procede, y así se ha comunicado a Albania», y han agregado que el Ministerio ha traducido del catalán al castellano todos los documentos del juzgado que ha remitido a Albania.

Muerte en mayo de 2020

Sula acudió al hospital el 8 de mayo de 2020 con fiebre y sospechas de que podía tener Covid pero dio negativo en el test, y ante la agitación que mostraba --que los médicos relacionaron con la esquizofrenia que padecía-- le dieron tranquilizantes y quedó ingresado hasta el día siguiente, con contenciones mecánicas hasta que se calmó.

Ante un «episodio brusco de agitación», el informe forense expone que ocho vigilantes de seguridad lo redujeron y le inyectaron un antipsicótico, y a continuación de ser reducido tuvo una parada respiratoria.

La autopsia resolvió que había muerto por una parada cardiaca propiciada por que tenía una arteria obstruida, tenía bronquitis y fiebre y estaba agitado cuando lo contuvieron, y el informe descartaba ninguna implicación de los golpes que recibió durante la contención.

Fuentes del Hospital del Mar consultadas por Europa Press han declinado hacer declaraciones sobre el asunto por tratarse de un caso judicializado.

La familia de Sula, representada por el abogado Carlos Sardinero, denunció la muerte en los juzgados de Barcelona como un presunto delito de homicidio imprudente y, ante las sospechas que todavía mantiene, pidió una segunda autopsia en Albania.

Los forenses albaneses no constataron signos de violencia en el cuerpo y detectaron la falta del corazón, lo que les impidió «determinar la causa de la muerte de la víctima con precisión científica», señala la Fiscalía de Tirana en uno de los escritos a las autoridades españolas.

Causa en barcelona

En Barcelona, la causa se ha archivado dos veces al considerar el juez que se han practicado las pruebas necesarias para constatar que Sula murió por causas naturales: se basa en informes forenses que suscriben que la actuación médica fue correcta y en el informe de la autopsia, que expone que fue necesario extraer el corazón para analizarlo.

Al cerrar la causa, el juez descartó en el auto de sobreseimiento que fuera necesario hacer una prueba de ADN porque ya veía acreditado que el corazón depositado en Barcelona es el de Sula, y añadió que al órgano se le «dará legal destino una vez sea firme» el archivo del caso.

El juez instructor no ve delito en la muerte de Saimir y ahora su familia espera la respuesta de la Audiencia de Barcelona a un recurso con el que intenta reabrir el caso de nuevo para hacer más comprobaciones.

Por un lado, el abogado de la familia ha reclamado las grabaciones de las cámaras de seguridad del hospital para comprobar si la contención fue ajustada a los protocolos y que se interrogue a los trabajadores del centro médico, y del otro una prueba de ADN para verificar que el corazón, que no llegó a Tirana, es el de Sula: «Sería muy injusto archivar esta causa sin que la familia tuviera la certeza de que el corazón es el de Samir», ha valorado Sardinero en declaraciones a Europa Press.

La familia de Sula también sospecha que el corazón no corresponde al difunto porque un informe forense señala que empezó a analizarse el 22 de abril de 2020, cuando él murió el 9 de mayo de 2020: «Haré lo imposible para que el juez haga la prueba de ADN», ha dicho en declaraciones a Europa Press la hermana del difunto, Majlinda Sula, ante sus sospechas de que el corazón depositado en Barcelona no corresponde al de su hermano.

«No sé si puede haber tráfico de órganos. Puedo decir que es comprensible que la familia imagine un posible tráfico de órganos o que en Albania se imagine esa posibilidad cuando no se da una prueba de ADN», ha añadido el abogado, que cree que no se debería haber enviado el cuerpo a Tirana sin corazón y sin haber avisado a la familia de que sería así.

En el recurso que intenta reabrir el caso, el abogado de la familia Sula sostiene que la contención de los vigilantes de seguridad fue «desproporcionada» y subraya que, sin el corazón, la segunda autopsia en Albania no puede determinar la causa de la muerte.