El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. | DGA.

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El presidente del Gobierno de Aragón y secretario general del PSOE regional, Javier Lambán, ha afirmado este viernes: «No se me ha llamado al orden» ni desde Ferraz, sede federal de su partido, ni desde La Moncloa.

El pasado miércoles, en una mesa de debate en el Palacio de La Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, Lambán elogió al expresidente asturiano Javier Fernández y recordó que en 2014 le apoyó para que fuera candidato a la Secretaría General del PSOE federal, declarando este jueves a los medios en Zaragoza que estas afirmaciones habían sido «inoportunas» y «desafortunadas».

Este viernes, Lambán ha sido tajante: «Nunca me ha llamado Santos Cerdán --secretario de Organización-- para obligarme a nada». Ha expuesto que, tras la intervención del pasado miércoles, «vista la repercusión» era «lógico» que ambos hablaran del asunto. Lambán explicó a Cerdán lo que había querido decir y lo que podía haber dado a entender y este jueves el presidente aragonés llamó al secretario de Organización a las 8.30 horas para comentarle que a las 10.30 horas realizaría declaraciones para «precisar» lo que había querido decir.

«Una cosa es que yo no esté a las órdenes de Ferraz y La Moncloa y otra que yo hable con los compañeros de Madrid», ha dicho Lambán, recalcando que tiene «una excelente relación» con Santos Cerdán y que las conversaciones con él han sido «cordiales y respetuosas».

«Yo de Ferraz no he recibido ninguna crítica», ha aseverado Lambán, quien ha explicado que en las jornadas de La Aljafería describió «con crudeza» como ve la política española, «repitiendo lo que había dicho en el Comité Regional» y dijo que Javier Fernández es «un grandísimo socialista, un hombre moral, intelectual y políticamente muy importante de lo que llevamos de siglo XXI» y que le había animado en 2014 a ser secretario general del PSOE.

Llevado por sus «afectos», una «especie de pasión» que siente por Fernández, Lambán dijo el miércoles unas palabras «que se pudieron malentender, que podían dar a entender» que él descalificaba políticamente a Pedro Sánchez y lo cuestionaba: «Ni de lejos tuve esa intención», ha zanjado.

Lealtad

«Mi lealtad al secretario general es equiparable a la que he tenido al resto de secretarios generales», ha manifestado Javier Lambán, quien ha insistido: «No se me ha llamado al orden, los compañeros de Ferraz y La Moncloa saben lo que pienso y que nunca llevaría la contraria a mi propia conciencia poniéndome a las órdenes de Ferraz, ni de nadie» porque un presidente de Aragón «no debe estar a las órdenes de Moncloa, ni de Ferraz, yo diría que tampoco de Génova, y eso lo llevo a las últimas consecuencias».

«A los aragoneses les digo siempre lo que pienso, a veces de acuerdo con el Gobierno de España, a veces desacuerdo, antepongo la defensa del interés de Aragón a cualquier otra consideración y el otro día fui sincero contando a los aragoneses como veo España y también he hecho un gesto de sinceridad diciendo a los aragoneses que unas palabras que yo dije se pudieron malinterpretar; niego que eso yo lo haya hecho a las órdenes de Ferraz, ni de nadie, lo hago sirviendo a mi condición de presidente de Aragón y las decisiones las tomo a instancias de mi círculo de colaboradores más estrecho, más íntimo», ha concluido.

Feijóo y rufián

En relación a los comentarios de Alberto Núñez Feijóo (PP) y Gabriel Rufián (ERC) sobre este asunto, Lambán ha dejado claro que no pone «como estrategia electoral» ni al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ni «a nadie», sino que a Sánchez lo trata como jefe del Ejecutivo central, un trato «que, en general, está dando buenos resultados para Aragón», y también como secretario general de su partido. Que coincidan Feijóo y Rufián «es bastante curioso», ha estimado.

De Rufián ha indicado que no opinará «nunca» porque «es un personaje en el que no merece la pena detenerse ni un minuto» y de su «buen amigo» Feijóo ha comentado: «En vez de descargar las responsabilidades de la propia impotencia del PP en los demás, invitándonos a la rebelión y cosas de éstas que hacen él y sus lacayos, Azcones y compañía», lo que tendría que hacer es «dotarse de un buen proyecto político, potente, confiar en su proyecto, si es que lo tuviera, e ir a las Cortes españolas y presentar una moción de censura, si tan grave le parece que es la situación por la que está pasando el país».