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Sindicatos han llamado a participar este viernes en una concentración en València para reclamar que los convenios estatales de la banca y entidades de ahorro incorporen subidas salariales referenciadas al IPC y «acordes» a los beneficios del sector, así como para denunciar la «destrucción de empleo» por el cierre de oficinas, las «coacciones» para comercializar determinados productos no financieros y, en definitiva, exigir que las «condiciones vuelvan a ser dignas para los trabajadores y las personas a las que prestan servicio».

Así lo han explicado este jueves, en rueda de prensa, la secretaria de administración de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT (FeSMC-PV), Ascen Yepes; la secretaria de organización de FESMC UGT PV Caixabank, Raquel Ruiz, y la secretaria general de FESMC UGT-PV CaixaBank PV, Mª Carmen Méndez.

La concentración, convocada por UGT, CCOO y FINE, tendrá lugar a las 10 horas en la calle Pintor Sorolla, frente a la sede de CaixaBank, y coincidirá con la presentación de resultados de esta entidad. Las protestas también llegarán a Madrid, A Coruña y Málaga para denunciar la falta de voluntad de las patronales AEB y CECA para abordar mecanismos compensatorios de la pérdida de poder adquisitivo de las plantillas.

Las movilizaciones llegan en un momento de elevados beneficios en el sector respecto a años anteriores. Por ejemplo, este mismo jueves se ha conocido que Banco Sabadell cerca del doble de beneficios que el año pasado. Mientras, según denuncia UGT, en las reuniones de los Observatorios sectoriales de Ahorro y Banca para negociar los nuevos convenios colectivos, celebradas los días 20 y 21, las patronales CECA y AEB pidieron más tiempo para la «reflexión» y para que puedan «despejarse incertidumbres» en las que se excusan.

Al respecto, Méndez ha incidido en que, tras una «situación excepcional» en la pandemia en la que los trabajadores «han dado todo», los beneficios «no han parado de crecer», y que los empleados han sido comprensivos con las direcciones cuando los tipos de interés estaban en negativo, pero ahora que la situación se ha revertido ha pedido que el sector vuelva a «centrarse en su labor, que es la financiación, ayudar a la ciudadanía» y «cumplir una tarea social, no solo ganar dinero».

La sindicalista ha recriminado el «trato de abuso» de las entidades financieras «en su conjunto» que se «resisten» a aplicar a los convenios de la banda la subida del IPC, en un «año especialmente duro» en el que la «inflación se ha disparado como no se conocía en la economía española en décadas».

Según ha explicado, las patronales tienen «paralizadas» las negociaciones de los convenios estatales de banca y entidades de ahorro, que se firmaron en 2020 en un escenario de tipos negativos y cuando «nadie esperaba que el IPC subiera de forma galopante», por lo que se firmó una subida fija no referenciada a los precios de consumo.

En el nuevo escenario económico, consideran «incoherente» que la banca esté «ganando más beneficios que nunca por la subida de tipos de interés y no sea capaz de poder aplicarlo al convenio aunque sea de forma paulatina en la subida de sueldos». "Jamás volveremos a firmar desde UGT ningún convenio que no vaya supeditado al IPC, ha aseurado Méndez.

En la misma línea, Raquel Ruiz ha pedido «salarios que sean acordes a las circunstancias y, sobre todo, que las condiciones vuelvan a ser dignas para nosotros y para las personas a las que prestamos el servicio. Ahora mismo nos da hasta vergüenza decir que trabajamos en un banco», ha expuesto.

"campañas agresivas" de productos no financieros

Además, Méndez ha denunciado las «coacciones y presiones» que se han vuelto «desmedidas» en el sector y «están obligando» a la plantilla a seguir las «campañas comerciales agresivas en las que se pretende colocar productos no financieros» a los clientes.

«Se nos está olvidando que la actividad bancaria es un negocio basado en el largo plazo y la confianza mutua entre ciudadanos y entidades. No estamos sabiendo bien comunicar esto a la sociedad» y si «el sector no es capaz de transmitir que es necesario para el bienestar de la sociedad», «a futuro la sociedad en su conjunto sufrirá», ha advertido.

"destrucción masiva de empleo"

Méndez ha incidido también en la «destrucción masiva de empleo» en el sector financiero: en 2012 había 4.071 oficinas en la Comunitat Valenciana, y en marzo de este año 1.766. En España, se ha pasado de casi 38.000 a 18.467 en diez años.

Las entidades «tienen la misma clientela», pero la plantilla «se ha reducido considerablemente». «No podemos dar el servicio de calidad que la ciudadanía se merece», ha lamentado la sindicalista.

En ese sentido, ha recordado la campaña 'Soy mayor, no idiota' para pedir un trato «más humano» en las sucursales bancarias que impulsó el valenciano Carlos San Juan, de 78 años, para recordar que «los mayores son más vulnerables a la exclusión financiera» pero «es imposible tratarlos con la calidad que se merecen si hay una plantilla insuficiente».

De ese modo, ha pedido que se «deje de pensar en clientes rentables y no rentables», se paralice el cierre de oficinas para que no se desatienda a determinadas poblaciones y que «no se tenga solo en cuenta la visión del accionista» porque este sector «desempeña una tarea fundamental en la sociedad».

«Pedimos, por tanto, plantillas bien dotadas, oficinas en todos los territorios, campañas centradas en las necesidades de la ciudadanía, la inversión necesaria para dar el servicio que la ciudadanía merece y parar ya los incentivos a altos directivos» mientras los trabajadores se sienten «indefensos por el miedo a los futuros ERE y a ser despedidos», ha expuesto.