El director escénico Àlex Ollé; el director de orquesta Riccardo Frizz; el director artístico del Liceu, Víctor Garcia de Gomar y el elenco de 'Il Trovatore', formado por Juan Jesús Rodríguez, Saioa Hernández y Ksenia Dudnikova en su presentación | Europa Press - EUROPA PRESS

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El Gran Teatre del Liceu acogerá del 27 de octubre al 8 de noviembre diez funciones de 'Il Trovatore' de Giuseppe Verdi, una trama de «trauma» y venganza estrenada en 1853 y que en esta ocasión estará ambientada en la Primera Guerra Mundial y con Riccardo Frizza como director de orquesta.

Lo ha dicho este miércoles el director escénico, Àlex Ollé, en rueda de prensa junto a Frizz; el director artístico, Víctor Garcia de Gomar; el barítono Juan Jesús Rodríguez (Conde de Luna); la soprano Saioa Hernández (Leonora) y la mezzosoprano rusa Ksenia Dudnikova (Azucena), que encabezan el reparto junto al tenor italiano Vittorio Grigolo en el papel de Manrico.

Estas cuatro voces se alternarán los papeles según las funciones con Àngel Òdena, que interpretará al Conde de Luna; Hibla Gerzmava en el papel de Leonora; Judit Kutasi en el de Azucena y Yonghoon Lee en el de Manrico.

La opera está estructurada en cuatro actos --'El duelo', 'La gitana', 'El hijo de la gitana' y 'El castigo'-- sobre el libreto de Salvadore Cammarano y Emanuele Bardare, «que va trasladando constantemente emociones al espectador» y que está basada en la obra de teatro homónima del dramaturgo romántico español Antonio García Gutiérrez.

En ella, la pareja formada por Leonora y Manrico encarna la libertad y el idealismo pero está condenada por los celos y la amenaza del poder, mientras que el Conde de Luna, punitivo y sádico, tiene una debilidad obsesiva por Leonora, y la misteriosa y enigmática Azucena custodia un secreto que los destruirá a todos.

Para Ollé, 'Il Trovatore' condensa «el espíritu de la época del Romanticismo, el amor, el odio y la venganza con unos protagonistas que están traumatizados» por sus circunstancias personales, y es una de las 25 óperas más representadas a nivel mundial compuesta por un Verdi en plena madurez artística, ha dicho.

Puesta en escena dinámica y oscura

La pieza aborda la rebelión y las acciones irracionales que se dan en tiempos de guerra y sin espacio para la reflexión, algo que Ollé ha ejemplificado con la guerra en Ucrania, y ha explicado que decidieron no ambientarla en este conflicto por ser demasiado «cercano y complicado».

Así, está ambientada en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), «porque tiene elementos medievales, como espadas y escudos, pero también máscaras de gas», y cuenta con una puesta en escena a cargo de Alfons Flores dinámica y oscura que da respuesta a las múltiples localizaciones y a la espectacularidad del montaje.

Amor, posesión y venganza

Para Juan Jesús Rodríguez, el suyo es un personaje monocromático que vive para vengarse y en un constante enfado, aunque llega un momento en el que sucumbe «al poder del amor de un hombre hacia la mujer» y deberá enfrentarse a su sed de posesión y venganza.

El barítono ha lamentado no estar programado en más ocasiones en otras temporadas del Liceu --«me parece que no estar cuatro años después de lo que represento y lo que hago es sorprendente»--, a lo que Víctor Garcia de Gomar ha contestado que el Liceu apuesta por la variedad de voces y por reprogramar a cantantes aplazados por la pandemia.

Los "matices" de las mujeres verdinianas

Ksenia Dudnikova ha defendido que Azucena es un personaje caracterizado por sus contradicciones y por estar en constante lucha consigo misma, algo que asegura que es propio de los personajes de Verdi, «llenos de matices y sentimientos que constituyen un gran drama».

Por su parte, en su debut en el Liceu, Saioa Hernández da vida a una Leonora que, «como todas las damas verdinianas, psicológicamente es muy enrevesada y complicada» y vocalmente es una mezcla de todas las características de las voces operísticas.

Riccardo Frizza ha reivindicado que el libreto de 'Il Trovatore' es uno de los más importantes del repertorio verdiniano, mientras que Garcia de Gomar lo ha defendido como uno de los «más deseados entre el público», estrenado en Roma en 1853 y tan solo un año después en el Liceu, donde ha sido interpretado en más de 280 ocasiones, la última con dirección de Gustavo Dudamel.