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UGT Aragón ha detectado este año, desde enero y hasta el 30 de septiembre, un total de 62 víctimas de 36 casos de explotación laboral, una cifra que va en aumento en comparación con años anteriores, ya que en este mismo período de tiempo, en 2021, se identificaron 41 víctimas procedentes de 26 casos.

En el marco de la celebración, el 18 de octubre, del Día Europeo contra la Trata de seres humanos, UGT Aragón ha presentado este lunes el informe 'Explotación laboral: una realidad persistente en Aragón' a raíz de la labor que realiza el sindicato en este ámbito y la detección de diferentes casos en la comunidad autónoma.

La secretaria de Formación y Empleo de UGT Aragón, Pura Huerta, ha destacado en rueda de prensa que desde el sindicato cada vez son capaces de detectar más casos. El objetivo de UGT, ha dicho, es visibilizar esta realidad, monitorizar a aquellos colectivos en los que se detecta que existe una mayor incidencia de caer en esta situación y plantear soluciones para acabar con esta «lacra».

El responsable del Departamento de Migraciones de UGT Aragón, Antonio Ranera, ha expresado que la explotación laboral en Aragón, es «una realidad persistente», ya que las causas que la alimentan son «estructurales», como son el aumento de la desigualdad, de la exclusión social, y de la pobreza.

Ranera ha detallado que aquellas personas migrantes en situación irregular y una parte de los empleados domésticos suponen en la comunidad aragonesa los principales grupos representativos a nivel cuantitativo de la explotación laboral.

Según el último informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo, el 42 por ciento de las víctimas del trabajo forzoso son mujeres y niños. Esta situación afecta no solo afecta a los países en vías de desarrollo sino también a aquellos también con crecientes niveles de bienestar, ha dicho Ranera.

Las personas migrantes constituyen un colectivo especialmente proclive a convertirse en víctimas del trabajo forzoso, ha manifestado el responsable del Departamento de Migraciones de UGT Aragón.

Ranera ha especificado que las formas de explotación que utilizan los explotadores tienen que ver con carencias de salarios, buscar a las víctimas entre personas que se encuentran en situación de exclusión social, las amenazas y las multas o coacciones. La pandemia de la COVID-19, las guerras y la crisis climática se han convertido en «elementos catalizadores» del trabajo forzoso.

Tres ejes

Desde UGT Aragón trabajan en tres ejes fundamentales, como son la mejora de la detección a través de la formación a delegados sindicales, a personas de entidades sociales e instituciones que trabajan directamente con personas en situación de exclusión social. También realizan una labor de coordinación con Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, además de entidades y administraciones. Y en tercer lugar, desde el sindicato desarrollan una labor de acompañamiento y apoyo a las víctimas, ha relatado Ranera.

Desde la primera vez que se llevó a cabo este estudio en 2018 hasta este año, las cifras han aumentado de forma exponencial tanto en el número de víctimas como en el de casos, que han pasado de 13 a 62, y de 8 a 36, respectivamente.

En este sentido, Ranera ha expresado que las causas de este incremento en las cifras guardan relación con la persistencia de las causas estructurales que motivan este hecho, además de con el trabajo continuado del sindicato, que cuenta con una mayor red de apoyo y detección, y con una progresiva pérdida del miedo a denunciar fruto del apoyo que reciben las víctimas desde UGT a través de distintos servicios como su asesoría jurídica.

Perfil

El responsable del Departamento de Migraciones de UGT Aragón, ha explicado que los datos recogidos en este informe con el paso de los años han permitido establecer un perfil de estas víctimas.

En primer lugar, se ha percibido una mayor feminización en Aragón de la explotación laboral. Las mujeres representan más la mitad de las víctimas con un importante incremento, de 20 a 35, con respecto al año pasado.

En relación a la nacionalidad, las personas provenientes de la Unión Europea y de Centroamérica y Sudamérica suman el 76 por ciento del total de víctimas detectadas. El aumento de víctimas de la Unión Europea tiene que ver con los casos de explotación laboral detectados en el sector agrícola, mientras que las víctimas procedentes de América lo eran en los sectores del trabajo doméstico y de cuidados y en la hostelería.

Asimismo, el 50 por ciento de las víctimas se encuentran en la franja de edad comprendida entre los 18 y los 35 años, y el 90 por ciento tiene menos de 54 años.

Respecto a la situación administrativa en el momento de acudir al servicio de ayuda de UGT, el 31 por ciento de las víctimas detectadas se encontraban en situación irregular, aunque las siete restantes estaban en situación regular, «lo que significa que es la pobreza, al desigualdad y la exclusión social el motor más importante que hacen que las víctimas caigan en la explotación laboral», ha esgrimido Ranera.

En el informe de este año, destacan la agricultura y la ganadería; la hostelería; y el trabajo doméstico y de cuidado, como los tres sectores económicos con mayor prevalencia de la explotación laboral en Aragón, sumando el 88 por ciento del total de víctimas detectadas.

La provincia donde más se han detectado este tipo de delitos es Zaragoza con 31 casos, mientras que en Huesca se han detectado 5. En cuanto a la tipología de explotación laboral, Ranera ha detallado que esta se concreta en salarios por debajo de convenio o inexistencia de los mismos, ausencia de contrato o incumplimiento de las condiciones del mismo.

«La cara más dura de la exclavitud del siglo XXI del trabajo forzoso es la empleada del hogar interna, muchas veces sin papeles y sin contrato, que trabaja 24 horas al día, siete días a la semana, sin vacaciones y sin festivos», ha asegurado.

Propuestas

Ranera ha resaltado que, para acabar con la explotación laboral en la comunidad aragonesa, UGT ha planteado que se refuercen los ámbitos de coordinación en la lucha contra la explotación laboral para conseguir una mejora en la detección.

Además de una evaluación de los recursos existentes, el diseño de un plan de formación para todos los agentes que están en contacto con estas posibles víctimas. También ha propuesto evaluar si se está considerando a la víctima como eje central de la investigación.

En el ámbito nacional, Ranera ha valorado como «absolutamente urgente y necesario» aprobar una Ley Integral contra la trata de seres en todas sus formas y desarrollar el Plan de Acción Nacional contra el Trabajo Forzoso, y que se integre el empleo doméstico y agrario en el Régimen General de la Seguridad Social.