Archivo - Ciudad de la Justicia de València | Rober Solsona - Europa Press - Archivo

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La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha juzgado este viernes a un hombre por llamar «negro de mierda» al dueño de un bar de València al pensar que le faltaba un euro. Sin embargo, durante la vista, el acusado ha negado los hechos y ha asegurado que no es racista: «¿Cómo voy a ser racista si estoy casado con una boliviana?», ha aseverado.

La Fiscalía reclama para el acusado la pena de un año y dos meses de prisión por los delitos de odio y desobediencia, tal y como se desprende del escrito de calificación.

Los hechos se remontan al 16 de enero de 2022, cuando el hombre entró a comprar tabaco en la máquina expendedora de un bar de València. Al devolverle la máquina el cambio y pensar que le faltaba una moneda de un euro, se la reclamó al propietario del local.

El dueño le manifestó entonces que el euro debía pedírselo a la empresa propietaria de la máquina expendedora, lo que dio lugar a una discusión en la que, según el escrito fiscal, el hombre profirió expresiones como «negro de mierda, te voy a matar» o «iros a la selva».

El dueño avisó a la policía y acudieron al lugar varios agentes, delante de los cuales se refirió al dueño como «estos negros no me roban, no saben estos negros que yo sí soy español», por lo que tuvieron que sacarlo al exterior del bar --siempre según el mismo escrito de acusación--. El hombre se oponía a ello.

Una vez en el exterior del bar, los agentes se percataron de que el euro reclamado estaba en el suelo, frente a la máquina expendedora, lo recogieron y se lo entregaron al acusado fuera del bar.

El hombre intentó acceder de nuevo al bar diciendo a los agentes «maricones, si no os quitáis os reviento», «los voy a matar», para posteriormente lanzarles la moneda de euros. Los agentes permanecieron en el lugar hasta que el acusado se marchó.

Al rato regresó y desde el exterior del bar hizo gestos de cortar el cuello al dueño del bar, con lo que éste avisó de nuevo a la policía, que se personó allí e intervino un palo que llevaba el acusado. En ese momento se percataron de que era de gomaespuma.