Archivo - Imagen de archivo del primer día de vacunación contra la Covid-19 en una residencia de mayores | Rober Solsona - Europa Press

TW
0

La Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunidad Valenciana (AERTE) vuelve a reclamar a las consellerias de Políticas Inclusivas y Sanidad que deroguen la normativa COVID todavía establecida en las residencias, ante el inicio de la campaña de la segunda dosis de refuerzo para usuarios y trabajadores.

«A pesar de la eliminación de las restricciones COVID19 en el conjunto de la sociedad valenciana que se ha producido en los últimos meses, las residencias y centros de día siguen con una norma específica que impide avanzar hacia la normalidad total en la vida de las personas que viven en estos centros», denuncia la patronal en un comunicado.

A su juicio, la exigencia de rellenar cuestionarios previos, los requisitos de las visitas, la reserva de habitaciones para aislamientos, «que afecta sobre todo a las residencias de menos de 40 plazas», o la necesidad de estructurar la organización del centro por unidades convivenciales sigue condicionando la situación de estos centros, «sin permitir que los mismos evolucionen en la misma línea y con la misma velocidad que el resto de la sociedad».

Y es que, según destaca AERTE, los datos apuntan a una mejoría «muy importante» de la situación porque, por ejemplo, solo el 2,15% de los fallecidos en residencias de mayores durante la última semana en España tenían diagnóstico positivo de coronavirus: «Estamos en el número de casos en residentes más bajo de las ultimas 40 semanas y la incidencia en los mismos, cuando hay casos, suele ser leve».

«Es hora de eliminar las restricciones de manera definitiva. Las personas que viven en residencias y el personal que trabaja en ellas deberían volver a la normalidad. Si se ha podido hacer en los centros de discapacidad y salud mental, también debería hacerse en los de mayores», subraya su presidente, José Mª Toro.

Mantener la mascarilla

Para ello, a su parecer, es necesario revisar la calificación que hace el Ministerio de Sanidad de los centros residenciales y que pudieran funcionar con planes de contingencia dinámicos que les permitieran adaptarse en cada momento a los niveles de alerta. Todo ello con el mantenimiento de mascarillas para los profesionales de los centros, pero reduciendo las limitaciones actuales que «afectan a la vida de las personas atendidas, a sus familiares y a la propia organización del centro».

«La aplicación de la tercera dosis a los usuarios reforzó aún más la protección de estos centros y sigue demostrando la eficacia de la vacuna como principal herramienta de lucha contra la enfermedad. Los brotes que se producen en la actualidad se desarrollan de manera leve, casi sin derivaciones hospitalarias, lo que permite seguir avanzado en esta línea».