Archivo - Pintura mural del Ecce Homo, en el Santuario de la Misericordia, en Borja (Zaragoza). | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

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La localidad zaragozana de Borja ha organizado varios actos con motivo del décimo aniversario del repinte de la obra del Ecce Homo por parte de la vecina Cecilia Giménez, ubicado en la iglesia del santuario de Misericordia. La familia de la protagonista vive esta conmemoración con un sentimiento agridulce, ya que el resultado de su actuación dio la vuelta al mundo.

La sobrina de Cecilia Giménez, Marisa Ibáñez, ha contado en declaraciones a Europa Press que su tía, que actualmente vive en una residencia porque tiene demencia senil, ya no recuerda lo que ocurrió hace una década.

Por su parte, la familia todavía guarda en su memoria lo sucedido con «dolor», porque «aunque todo haya acabado bien para ella es inevitable pensar en lo mal que lo pasó», ha relatado, agregando que en un primer momento, lo afrontaron «con incredulidad porque era surrealista».

Ibáñez ha asegurado que la pintura original, de Elías García Martínez, estaba «prácticamente desaparecida» y que ella llevaba más de dos décadas ayudando a conservar el interior de la iglesia del santuario de Misericordia. «Si mi tía no hubiese hecho nada, ese dibujo ahora no existiría», ha afirmado.

Ha contado que hubo una filtración en la iglesia y que el salitre de la propia pared se caía, de manera que cuando salió a la luz aquella foto que se volvió viral Cecilia todavía no había terminado de repintarla.

El cariño la salvó

En un primer momento, Ibáñez dice que todo el mundo «se lanzó» sobre lo que había ocurrido, pero cuando los vecinos empezaron a saber que era ella la que estaba detrás de la noticia la gente la defendió porque Cecilia es «muy querida» en Borja. «El cariño de la gente es lo que la hizo salir adelante, si no se hubiese hundido», ha confesado.

Por este motivo, la familia de Cecilia Giménez vive este décimo aniversario del Ecce Homo con un sentimiento agridulce. «Ella se lo merece como persona, ya que se llevó todas las bofetadas y esta polémica benefició a Borja», ha apostillado Ibáñez.

Asimismo, Marisa Ibañez ha explicado que su tía no era restauradora, era una aficionada a la pintura. Para su familia, esta conmemoración «no es un homenaje por el acto que hizo --Cecilia-- en sí», sino que es el reconocimiento a la labor que ella ha llevado a cabo de forma desinteresada durante toda su vida por el Santuario de Misericordia.

240.000 visitas

El alcalde de la localidad, Eduardo Arilla, ha expresado en declaraciones a Europa Press que Cecilia no hizo este repinte con mala intención, sino que ella intentó recuperar una pintura de la que en aquel momento ya había desaparecido en torno a un 30 o 40 por ciento.

Además, Arilla ha apuntado que a lo largo de estos diez años más de 240.000 personas de 110 países distintos se han acercado hasta este municipio zaragozano para ver el Ecce Homo, «que ha venido para quedarse, es un fenómeno social», ha afirmado.

La entrada para ver la pintura cuesta tres euros y los fondos recaudados se destinan a financiar al personal que trabaja en la taquilla y a los guías. Asimismo, el alcalde ha destacado que también se dirigen a becas para personas mayores con bajos recursos económicos para que puedan ir a la Residencia Santi Spiritus.

Desde 2015 que se empezó a llevar a cabo esta iniciativa se han beneficiado de estas becas alrededor de 16 personas, ha señalado Arilla.