La consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Catalina García, posa durante la entrevista realizada por EuropaPress en su despacho, Sevilla | Joaquin Corchero - Europa Press

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La consejera de Salud y Consumo, Catalina García, ha destacado que el final en diciembre de 2020 de la subasta de medicamentos en Andalucía, un modelo que existía en la comunidad desde 2012, ha supuesto que el desabastecimiento en farmacias «se haya reducido un 48%», una cifra que «es importantísima y da seguridad al paciente, al médico de familia y al farmacéutico».

En una entrevista concedida a Europa Press, la consejera ha destacado que el fin de la subasta de medicamento «ha supuesto un cambio muy importante» en Andalucía, ya que cuando existían «el mayor problema era un abastecimiento inadecuado a las oficinas de farmacia»; además, cuando «una persona crónica, pluripatológica y mayor llegaba a una farmacia y cada vez que recogía un medicamento era uno distinto, eso les llevaba a tomarse mal el tratamiento o a no tomárselo por desconfianza».

«Habían perdido la confianza tanto en el médico de familia como en el farmacéutico porque no eran capaces de explicar por qué cada vez que iban a la farmacia el medicamento era uno distinto que ellos ya no conocían», ha abundado la consejera, quien ha subrayado que a fecha de hoy, el desabastecimiento en farmacias «se ha reducido en un 48%, una cifra que es importantísima y da seguridad al paciente, al médico de familia y al farmacéutico».

Así, ha destacado que «se ha conseguido un gran objetivo: quitar la falta de equidad y quitar esa falta de adherencia a los tratamientos», ya que las personas mayores «tenían un grave problema que además transmitían». «Ellos no sabían lo que era la subasta de medicamentos, solo decían 'por favor, que cuando vaya a la farmacia me den mi caja de medicina', pero la de siempre, que no se la estuvieran cambiando de forma continua».

Cuestionada sobre la subida del gasto farmacéutico, la titular de Salud ha señalado que «estamos en una comunidad muy grande, las personas mayores de 65 años supone un número mayor y la atención primaria ha empezado otra vez a ver a mucha gente que no ha estado viendo con motivo de la pandemia», pero «tenemos muchos filtros puestos y se está trabajando para evitar, en la medida de lo posible, la subida del gasto farmacéutico».

«Lo que no vamos a hacer es poner cortapisas a médicos de familia para, que con un juicio clínico y una necesidad, haya un medicamento sobre la mesa para una persona que lo necesita», ha dicho, pero «se trabaja para que en personas mayores y pluripatológicas haya un control importante de los medicamentos que toma».

Hay personas a las que «muchas veces el especialista le está mandando una medicación y el médico de familia le está mandando otra», con lo cual «esa persona puede estar tomando al día 14 o 15 medicamentos diferentes, y algunos hasta pueden ser incompatibles», con lo cual ahí «se está haciendo un trabajo importante para ese control de pluripatológicos y crónicos entre la especializada y la primaria».

No obstante, el control farmacéutico «es importante pero nunca en detrimento de lo que una persona necesite», ha concluido la titular de Salud.