El psiquiatra José Carbonell, en el Instituto Carbonell de Palma. | Pere Bota

El doctor José Carbonell, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Legal, presenta el próximo miércoles, día 15, la conferencia del psiquiatra Luis Salvador-Carulla en el Club Ultima Hora. Carbonell explica de su colega: «Es un primera espada de la psiquiatría mundial, ha recibido premios muy importantes de investigación, estamos hablando de unos niveles de cualificación de referente mundial». La conferencia tendrá lugar a las 19,30 horas en la fundación Sa Nostra de Palma y abordará una situación de crisis generalizada en los sistemas sanitarios en todo el mundo y su especial incidencia en la salud mental.

¿Hay un problema generalizado con la salud mental?
—Sí, hay una explosión de enfermedad mental, es la causa más frecuente de causa laboral en el mundo desarrollado. La pandemia ha tenido un impacto muy significativo en las personas. Las redes han tenido un impacto brutal sobre la salud mental de los adolescentes.

¿De qué manera hemos notado ese impacto de las redes?
—Nos ha generado un número nuevo de enfermedades: adicción a los videojuegos, goshting ... Frente a toda esta avalancha, ¿cómo están los sistemas de atención a la salud mental? Salvador-Carulla está en Australia, posiblemente el país con más psiquiatras por cien mil personas, estamos hablando de un país con una concienciación muy desarrollada. La necesidad de profesionales se ha incrementado de forma exponencial y va por encima.

¿Y en España?
—Estamos en ello. Estamos trabajando en ello. Yo me he formado en el Reino Unido. Ocurre que ahora mismo se acaba de reconocer aquí la subespecialidad de infanto juventil, en Inglaterra existe desde los años 80. La psicogeriatría existe en Inglaterra desde los años 70, aquí aún no. En España tenemos unos profesionales muy bien cualificados que trabajan con las limitaciones a que se enfrentan otros sistemas, desbordados. Se está estructurando muy bien el sistema de atención, pero la necesidad que se está creando supera con creces la estructura que tenemos o que podemos prever.

¿Esa avalancha impacta igual al sistema público como al privado?
—La avalancha ha sido de tal dimensión que ni la sanidad privada ha podido cubrir las necesidades que la pública no era capaz de abordar. La concienciación de la sociedad de que no tener salud mental no es normal es importante. Se está desestigmatizando al psiquiatra y al profesional de la salud mental, eso hace que la gente quiera recurrir a ellos. La gente antes no quería recurrir, ahora entiende que no es normal no estar bien.

¿Se necesitan más políticas de prevención?
—Todos los programas que podamos hacer para potenciar la salud mental se ponen en práctica pero si te giras a tu alrededor y empiezas a analizar uno por uno a tu entorno, el que no tenga un familiar con deterioro cognitivo por la edad, se está separando y está en una ruptura sentimental... Por un lado el reconocimiento de la importancia de la salud mental y de la inversión en prevención se está realizando. La gente no estaba preparada para una pandemia o no nos imaginábamos que estaríamos pegados al móvil. ¿Tú cuándo te puedes separar el móvil? Ahora es una herramienta de trabajo.