Video resumen de la conferencia de Sami Naïr en el Club Ultima Hora. | Youtube Ultima Hora

«Europa como actor estratégico no existe. Estamos en una situación extraordinariamente difícil. Aunque no se note en la calle, realmente en guerra». El politólogo francés, Sami Naïr pintó este jueves en el Club Ultima Hora Valores un lienzo incierto pero con esperanza sobre la situación actual del continente. En un momento nunca visto, las amenazas que supone la guerra en Ucrania y otros retos globales suponen una «crisis existencial». Sin embargo, en ese momento también se producen cosas positivas. «Por primera vez en la historia desde la II Guerra Mundial asistimos a algo nuevo que impera en todas partes. Un sentimiento de solidaridad entre los europeos. Es la primera muestra de identidad. Es algo muy positivo».

La conferencia ahondó en especial en la situación generada a raíz de la invasión rusa de Ucrania. «Será una guerra larga», sentencia. Naïr advierte que aún estamos en un momento de escalada de la tensión militar. «Lo que hay es una guerra tremenda, un apocalipsis si alguien usa el armamento nuclear. Creo que la razón va a prevalecer pero todo depende en saber hasta dónde pueden China, Rusia y Estados Unidos aceptar que esta escalada suba. Ellos saben dónde está su línea roja. Cuando se alcance, los chinos pedirán a Putin negociar y los europeos y americanos a los ucranianos».

MOREY Club UH Sami Nair morey _26.jpg
Sami Naïr, en la imagen junto a Margalida Capellà, gesticula durante su intervención.

Mientras llega ese momento, Naïr señala que las grandes potencias mundiales, China, Rusia y EEUU saben lo que quieren y tienen sus objetivos. Los norteamericanos un cambio de régimen en Rusia. Putin y su entorno una anexión que les garantice un espacio de seguridad y una visión de una gran Rusia «chovinista». China su posición global. «Europa como actor no existe. El balance de las élites que han llevado el proceso europeo desde hace veinte años es lamentable. Verdaderamente indigno de lo que son los europeos». El profesor de la Sorbona recordó que, cada uno de los países se rearman por su cuenta sin una perspectiva común. «Existen las naciones europeas. Francia, Alemania o Polonia que está en proceso de ascenso militar. Cada uno va a lo suyo como durante la pandemia», lamenta.

Estrategias

Describió como, por un lado los países más cercanos a Ucrania siguen la estrategia de Estados Unidos y buscan un enfrentamiento abierto con Rusia. Mientras, Francia y, en menor medida Alemania están mandando un mensaje de firmeza pero con el ojo puesto en una futura negociación. «El canciller alemán tiene el problema de Los Verdes que ahora son los más belicistas. Son transformaciones curiosas», ironizó. Explicó el porqué de esa apuesta por el diálogo: «Saben que el proyecto de derrotar a Rusia es muy peligroso. Si el ejército pierde la guerra habrá una revolución y podemos llegar a una situación comparable a la crisis de la República de Weimar con la llegada de un régimen más duro hacia Occidente. En Rusia no hay un relevo democrático». Naïr insistió en que «la ciudadanía tiene que empujar a las élites... Lo que se juega es una cuestión existencial, que Europa pueda existir como tal».

Ese no es el único frente abierto que tiene la UE. Prevé una fuerte crisis económica en los próximos meses. «Ha llegado el momento de cuadrar las cuentas después de la política de permitir fabricar moneda durante la pandemia. Se acerca una crisis económica global y bajo la misma forma que en 2008: una burbuja inmobiliaria en Estados Unidos». Añadió a la ecuación la subida de los precios. «Los peores días aún están por llegar y la Comisión Europea está paralizada sobre este tema».

El sur

A la vez, los países de la Unión mantienen abandonado el flanco sur. «Desde los años setenta las élites han abandonado oficialmente una política mediterránea. Han olvidado la ribera sur, con más de cien millones de habitantes». Pone como ejemplo el fracaso de las políticas de la Declaración de Barcelona en 1995. Una negociación comercial muy dura pero sin ningún elemento de solidaridad, denunció. «Dio los resultados esperados, absolutamente nada. Un rey ya dijo (Hassan II) ‘no quieren nuestras naranjas, van a tener nuestros campesinos’».

Así, advirtió que la inmigración se usa como un armamento. «Falta visión estratégica, se gestiona al día, en función de la gente que desaparece en el mar, no como un problema histórico fundamental». Criticó que los gobiernos y la UE «no quieren entender lo que significa la inmigración». Considera que se trata de un fenómeno «totalmente diferente al de los años sesenta»: «Está empujada por el crecimiento demográfico de África. Tenéis al lado un continente que ha pasado de 700 millones de habitantes a 2.400 en tres décadas y con una previsión de 4.000 millones en 2050 y con estados que no pueden integrar a esa gente».

Migraciones

Sami Naïr admitió que «no podemos abrir, no estoy a favor de retirar las fronteras, pero por lo menos tenemos que poner una política en marcha para estabilizar a esa gente en su país y Europa tiene capacidad para hacerlo. La emigración ahora es un elemento de chantaje». Propuso organizar los flujos y puso como ejemplo cómo se han manejado otros dentro de la propia Unión. Personas que se desplazan desde Polonia a Alemania pero regresan al cabo de pocos años, «porque saben que pueden regresar». «Si damos la posibilidad de circular van a entrar en esa lógica. Tenemos a la gente unos años en la ilegalidad, luego les damos residencia pero, si se marchan un año, la pierden. Las migraciones se organizan, no se imponen», concluyó.