Recientes investigaciones han puesto el foco en un factor de riesgo poco conocido pero potencialmente modificable: el consumo regular de ciertos medicamentos de uso común. Según explica el Dr. Zain Hasan, cinco fármacos habituales podrían estar contribuyendo significativamente al desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa que compromete la memoria, el razonamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas.
¿Qué es exactamente la demencia y por qué preocupa tanto?
La demencia no es una enfermedad específica, sino un síndrome caracterizado por el deterioro de las funciones cognitivas que interfiere con la vida diaria. A diferencia de lo que muchos creen, no forma parte del envejecimiento normal, sino que es causada por diversas patologías que dañan las células nerviosas cerebrales. Según el experto, estaos medicamentos pueden subir el riesgo de sufrir demencia:
1. Benadryl (difenhidramina): Este antihistamínico comúnmente utilizado para alergias tiene propiedades anticolinérgicas, lo que significa que bloquea la acetilcolina, un neurotransmisor fundamental para el aprendizaje y la memoria. Un estudio reveló que las personas que tomaron más de 50 dosis anuales durante ocho años presentaron un riesgo significativamente mayor de desarrollar demencia.
2. Opioides: El uso regular de opiáceos para dolor crónico se ha asociado con peor salud cerebral y mayor riesgo de deterioro cognitivo. Una investigación encontró que el consumo de estos analgésicos entre los 75 y 80 años correlacionaba con mayor probabilidad de demencia.
3. Omeprazol: Este inhibidor de la bomba de protones (IBP), ampliamente utilizado para problemas digestivos, podría incrementar el riesgo de demencia con su uso prolongado. Un estudio publicado en Neurology en 2023 encontró que quienes tomaron IBPs durante al menos cuatro años y medio mostraron mayor propensión a desarrollar deterioro cognitivo.
4. Benzodiazepinas: Estos ansiolíticos y sedantes, recetados para trastornos de ansiedad e insomnio, afectan notablemente a la memoria, produciendo amnesia anterógrada (pérdida de memoria para eventos posteriores a su ingesta). Aunque la memoria a corto plazo permanece intacta, el daño a la memoria a largo plazo puede, eventualmente, desencadenar procesos de deterioro cognitivo.
5. Antidepresivos tricíclicos: Varios estudios han vinculado el uso prolongado de estos fármacos con mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo, posiblemente debido a sus efectos anticolinérgicos.