Alejandra Pou, especialista en Dietética y Nutrición de Juaneda Hospitales

Alejandra Pou, especialista en Dietética y Nutrición de Juaneda Hospitales, explica en esta entrevista como la inflamación, un fenómeno del que cada vez son conscientes más personas, puede estar originada por productos alimentarios (con azúcares, ultraprocesados, refrescos etcétera), por determinados malos hábitos de vida y por los llamados disruptores endocrinos, ofreciendo una serie de claves para reducir el impacto de estos agentes, disminuir la inflamación y ganar en salud y calidad de vida.

—¿Hay una epidemia de pacientes con problemas inflamatorios?
—Hoy en día vemos cada vez más pacientes con inflamación, tanto a nivel digestivo como corporal. En esos casos analizamos la alimentación diaria, como uno de tantos factores que pueden ser desencadenantes de esa inflamación, como también lo son el estrés por la vida tan ajetreada que llevamos, ser sedentarios, descansar poco y mal, y los disruptores endocrinos, sustancias químicas capaces de imitar la acción de las hormonas y provocar interacción.

—¿Dónde se encuentran los disruptores endocrinos?
—Los podemos encontrar en nuestra propia cocina, en los detergentes, en la pastilla del lavaplatos, en las tablas de cortar, en las sartenes… son productos químicos en muy pequeñas cantidades, que afectan a nuestro metabolismo, a las hormonas, y producen una inflamación. Hay que tener cuidado también con las botellas de plástico, y evitar calentar la comida en un táper de plástico, por los microplásticos.

—¿Cómo podemos disminuir los disruptores endocrinos?
—Pues cambiando los tuppers de plástico por otros de cristal, calentando en el horno o en el airfryer, antes que en el microondas o en las sartenes, con las que también hay que tener la precaución de evitar las que son de teflón, eligiendo las de acero quirúrgico, de cristal o de cerámica, que son menos tóxicas. Para lavar la ropa o para el lavavajillas también hay productos que son más ‘bio’, ‘eco’ u orgánico, que no tienen tantos químicos. Y a los pacientes con hipotiroidismo les recomiendo que no se apliquen la colonia (que lleva alcohol, además de otros compuestos) directamente en el cuello, que es donde están las hormonas tiroideas y pueden verse afectadas.

—¿A quién pueden beneficiar más estos cambios?
—Todas estas medidas de control pueden beneficiar especialmente a pacientes que tienen el sistema inmune más débil como los pacientes oncológicos.

—¿En qué consiste la inflamación?
—La inflamación es una respuesta del sistema inmune a un daño en el organismo. El daño puede ser causado por diferentes factores, como por ejemplo, el estrés diario, ya que la cortisona elevada produce un aumento de radicales libres que son perjudiciales para nuestra salud. Otro ejemplo muy repetido en consulta es ser sedentario, necesitamos hacer ejercicio, aunque con solo caminar no es suficiente, pasamos mucho tiempo sentados. Por otra parte, la alimentación tiene un papel muy importante ya que 'somos lo que comemos', y si nos alimentamos de un exceso de alimentos de bajo valor nutricional y con un exceso calórico y hay un bajo consumo de fruta, verdura, legumbres y pescado habrá un mayor riesgo de inflamación.

—¿Qué relación hay entre la obesidad o exceso de grasa abdominal y la inflamación?
—Un exceso de grasa abdominal y/o visceral (la grasa visceral es la que rodea los órganos) también está relacionado con una mayor inflamación. Un exceso de grasa produce inflamación que puede desencadenar diversos problemas de salud. Por ejemplo, un gran exceso de grasa en el hígado, si no se trata, puede derivar en cirrosis.

—¿Y cómo influye la alimentación en esos procesos inflamatorios?
—Una mala alimentación también es un factor desencadenante de inflamación. Esa es una de las razones por las que en la consulta del nutricionista siempre recomendamos que la alimentación sea saludable, equilibrada y variada. Y también aconsejamos que se mire mucho el origen del producto. Lo ideal es que se pueda comprar en el mercado, si es posible que sea ‘kilómetro cero’ y de temporada.

—¿Qué significan los diferentes etiquetados?
—Los productos con la etiqueta de ‘bio’ o ‘biológico’, son aquellos que no han sufrido modificación genética; ‘eco’ o ‘ecológico’ significa que son productos sin pesticidas ni fertilizantes y a los que no se ha añadido ninguna hormona para aumentar su crecimiento, y ‘orgánico’ es cuando el alimento no ha sido sometido a ningún agente químico.

—¿Por qué es tan importante diferenciarlos?
—Pues, por ejemplo, mucha gente dice «yo compro todo ‘bio’», creyendo que eso ya es sano, cuando puede tener panela, que es azúcar igualmente, y que aunque no ha sido modificado genéticamente puede producir inflamación y un pico de glucosa. Unas galletas ‘bio’ van a ser igual que unas que no lo son. Igual sucede con algunos productos light, que se eligen para perder peso. Que sea light significa que le han reducido el exceso de grasa, puede que totalmente, pero tal vez lleve harinas refinadas o azúcar.

—¿Qué es lo que más nos inflama?
—Lo que más nos inflama es el alcohol, todos los refrescos edulcorados, azúcar y edulcorantes. También son inflamatorios los productos ultraprocesados, sobre todo aquellos que lleven grasas trans, es decir, grasas hidrogenadas, creadas por el ser humano en un laboratorio, que son incluso más perjudiciales que las grasas saturadas. Esas grasas trans las podemos encontrar en algunos helados y en otros productos y no somos conscientes de ello.

—Ante la inflamación o el sobrepeso hay mucha gente que se apunta ahora al ayuno intermitente.
—Hay un estudio en Estados Unidos que demuestra que es más beneficioso consumir un 20-30% menos de las calorías habituales, que el espaciar tanto las comidas o hacer ayunos intermitentes muy prolongados. Es decir, que es mejor comer menos que estar largos periodos sin comer. Es cierto que el cuerpo necesita hacer autofagia, limpieza celular, para lo que ha de haber un descanso de 3 o 4 horas sin comer para hacer esa limpieza. Por eso tampoco es beneficioso picotear constantemente.