La Dra. Margarita González-Onandia (primera a la izquierda) durante un reciente seminario

Especialistas la Unidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (UCP) de Juaneda Hospitales han actualizado el enfoque de este ámbito de la Medicina «cada vez está más orientada a una medicina regenerativa y a valorar a cada paciente de forma individualizada y en su integridad, y no hacia un solo tratamiento», explica la Dra. Margarita González-Onandia, especialista en Cirugía general y del aparato digestivo, Plástica y Estética.

Con este nuevo enfoque la UCP de Juaneda Hospitales cuenta ya con «el plan de tratamiento para abordar la calidad de cada paciente, denominado ‘Skin 360º’». Este nuevo procedimiento da una respuesta a la detección de que en los últimos años lo más buscado por las pacientes, relacionado con la estética, es todo lo que concierne a la calidad de la piel, más que a otro tipo de tratamientos.

«En este sentido —continúa la Dra. González-Onandia— se ha puesto en marcha este modelo que busca una mejora completa del aspecto desde las líneas de expresión, la firmeza, la capacidad de lifting (estiramiento), así como la hidratación y el brillo de la piel, actuando de modo individualizado en cada paciente, con una propuesta de tres tratamientos, comenzando por abordar las líneas de expresión del tercio superior del rostro.

»Ese primer abordaje —añade— se hará con toxina botulínica. En segundo lugar se hará una hidratación a nivel intradérmico de la piel de la cara, cuello y escote, mediante ácido hialurónico reticulado con la tecnología Vycross, que conseguirá corregir arrugas finas y aumentar la hidratación, suavidad y luminosidad de la piel. Por último, se tratará la firmeza de la piel, lo que se hace mediante un tercer producto a base de hidroxiapatita cálcica, un bioestimulador de colágeno, que viene con ácido hialurónico reticulado».

Analizando todas las áreas que cubre el ‘Skin 360º’ «empezamos por el tercio superior de la cara, que se trata con el neuromodulador a base de toxina botulínica tipo A, que mejora temporalmente, pero durante un largo periodo, las líneas de expresión del entrecejo, de las patas de gallo y de las líneas de la frente». La toxina botulínica «relaja la contracción voluntaria de los músculos, logrando una expresión mucho más relajada».

Además y gracias a ese efecto, «la piel, al estar en reposo, presenta una mayor luminosidad y está más tersa, de modo que el tercio superior de la cara mejora sustancialmente su aspecto con este primer tratamiento». La Dra. González-Onandia destaca que «se ha visto que la satisfacción de las pacientes tratadas con toxina botulínica en este entorno es del 95%», lo que es ya una garantía de éxito de este abordaje.

Siguiendo con el procedimiento «para una hidratación profunda de toda la piel se aplica un producto que mejora la rugosidad y la hidratación, con una duración de hasta 9 meses». Por último se aplica el producto estimulador de colágeno a base de hidroxiapatita cálcica entrecruzado con ácido hialurónico «que se inyecta en puntos estratégicos de la cara y logra un doble efecto. Lo explica la Dra. González-Onandia: «Por una parte se produce una bioestimulación con creación de fibras de colágeno, por parte de la hidroxiapatita cálcica, y de hidratación profunda por parte del ácido hialurónico, con un resultado tensor-lifting, que también mejora la calidad de la piel, tratando la laxitud y la flaccidez». De este modo se consigue una combinación de mejoras con la aplicación de estos tratamientos dentro del proceso ‘Skin 360º’.

«Es importante incidir —enfatiza la especialista— en que este tipo de intervención con un enfoque integral para el cuidado de cada paciente, es un plan de tratamiento a largo plazo y no simplemente un abordaje con resultados puntuales para un corto periodo de tiempo, sino que se hace un de modo completo e integral para que el resultado sea duradero a largo plazo y mejore el aspecto general de la paciente».