Ana Claudia Latronico, Jesús Argente, Gabriel Ángel Marcos e Itxaso Rica. | Jaume Morey

La pubertad precoz es aquella que aparece antes de los 8 años en niñas, o de los 9 en niños. La padecen el 2 % de la población de esta franja y, todavía no se sabe por qué, la afectación va en aumento. Sobre los síntomas, las consecuencias, sus tratamientos e investigación, hablará hoy la experta internacional, Ana Claudia Latronico, de la Facultad de Medicina de Sao Paulo (Brasil). Lo hará en la conferencia de clausura del 45 congreso nacional de Endocrinología Pediátrica celebrado en el Palacio de Congresos de Palma.

«La gran mayoría de las chicas tienen la pubertad entre 8 y 13 y los chicos entre los 9 y 14. Los síntomas son una primera regla antes de los 9 o el desarrollo del pecho en ellas y el volumen testicular en ellos», explica la doctora Latronico. Cuando esto sucede antes de tiempo se considera y se trata como una enfermedad.

Sus consecuencias pasan por daños psicosociales (pues su cuerpo cambia, pero «siguen siendo niños») y también altera la velocidad del crecimiento. «Es patológico y dinámico», añade el doctor Jesús Argente, pediatra endocrinólogo, y jefe del servicio del hospital madrileño Niño Jesús. Es decir, «se acelera la edad de los huesos y en ese momento son más altos que los niños de su edad, pero su talla se aplanará y en la edad adulta será inferior a la genética para la que estaban programados», prosigue, se pierden entre 10 y 20 centímetros. Por ejemplo, «una niña puede tener 5 años y edad ósea de 9, lo que indica el peor de los pronósticos para su talla final». Sin que se conozca el motivo, la pubertad precoz afecta 20 veces más a las niñas que a los niños. La buena noticia es que la patología puede tratarse con medicamentos «seguros y efectivos», los mismos que, por ejemplo, utilizan las personas trans «para frenar el desarrollo puberal».

Entre los factores de riesgo para su desarrollo, sobre todo en niñas, se encuentra la obesidad, otra patología que ya cuenta con una prevalencia del 10 % en edad infantil a nivel estatal. La cifra ha ido en aumento hasta 2020 cuando se detectó una estabilización, «aunque es probable que tras la pandemia sea superior», aclaró el doctor Gabriel Ángel Martos, experto en obesidad infantil.