Una chica prueba el tabaco en vapor. | Redacción Local

Se está consolidando como la nueva manera de empezar a fumar. Mientras se estancan los porcentajes de consumo de tabaco en menores, el vapeo se percibe con menos riesgo y se ha vuelto tan atractivo para los jóvenes que se disparan las alertas.

Salut prepara una campaña de prevención entre los menores de 12 y 13 años, que es la edad en que muchos lo empiezan a experimentar; mientras que colegios como el Sagrat Cor, donde ven con preocupación cómo se extiende, han lanzado circulares a los padres recordando que su consumo y venta está prohibido en estas franjas de edad. Este tipo de iniciativas surgen desde los centros, pues no hay una circular específica, sin embargo la Conselleria de Salut ya trabaja en programas para docentes y alumnado, y también en contenido para las familias.

«El vapeo ha ido creciendo poco a poco y la tendencia está al alza tanto en menores como entre los adultos jóvenes», confirma la coordinadora autonómica del Pla de Drogues, Elena Tejera. Y no sólo se percibe en Balears, «fumar de esta nueva manera es una tema que preocupa a nivel de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras nos habíamos esforzado mucho en reducir el tabaco», añade. El incremento también se ve en las últimas ediciones de la encuesta Estudes, a alumnos de entre 14 y 18 años. En las Islas, en el 2021, el 39 % de los encuestados había probado la modalidad de los cigarrillos electrónicos alguna vez en su vida, mientras que el 23,7 % lo había hecho en los últimos doce meses previos al estudio. Por otra parte, «dos de cada diez no fumadores han probado el vapeo», añade la experta.

El problema entre el colectivo joven es que no se percibe el riesgo en el consumo de este tipo de sustancia, pero es que «si nos fijamos en los comercializadores incluso se publicita como un método para dejar de fumar», señala Elena Tejera. Sin embargo, «cuando una persona quiere dejar de beber lo hace con la ayuda de un servicio específico, el vapeo no es para dejarlo», añade.

Tejera remarca la contradicción entre que la venta y el consumo de vapeo esté prohibido entre menores de edad pero a su vez se ofrezcan sabores de nube o de chicle de melón que son atractivos precisamente para esta franja de edad. «Hay un camino por hacer», indica, refiriéndose a las «lagunas» en la regulación de este tipo de productos.

Perjudicial para la salud

Si bien el vapeo es una práctica reciente, «a la larga veremos qué impacto pueda tener». Lo que ya se sabe es que «la composición de este producto es cancerígena ¿Podemos decir que ha producido cáncer? Todavía no porque hacen faltan años para desarrollarlo, pero a la larga lo veremos», asegura.
El vapeo puede llevar o no nicotina, «en teoría la cantidad está regulada pero nos estamos encontrando que se adquieren en el extranjero y se venden con una concentración mayor, sin la regulación del país», añade Tejera, que recuerda que la sensibilización de la población más joven se ha convertido en una emergencia de salud pública.