Imagen del SPETC-TAC de la Unidad de Medicina Nuclear de Juaneda Hospitales | Foto: Juaneda Hospitales

El SPECT-TAC más avanzado de Baleares, eje del nuevo Servicio de Medicina Nuclear de Juaneda Hospitales, ha cumplido ya su primer año de andadura, desde que se activara esta unidad, dirigida por la Dra. Cristina Peña, reputada especialistas en Medicina Nuclear. El Servicio de Medicina Nuclear, que se ha ubicado en el Instituto Oncológico del Hospital Juaneda Miramar, integra un equipo de diagnóstico por imagen SPECT-TAC (MN/CT850), de General Electric Healthcare, el más avanzado de la sanidad privada balear. Este equipo es de una tecnología híbrida, que aúna las posibilidades de estudio metabólico de una gamma-cámara con la capacidad de visualización anatómica de un TAC de última generación, lo que permite un amplio abanico de diagnósticos avanzados.

Esta patología hace posible un mejor diagnóstico de procesos oncológicos, patologías óseas, nefrológicas o cardíacas, entre otras, así como para el desarrollo de estudios pre-quirúrgicos y terapias de cánceres tiroideos, hipertiroidismo, etcétera. Con este equipo híbrido es posible realizar un TAC que, en una única exploración, sin mover al paciente de la camilla, permite visualizar de forma simultánea una imagen funcional y una morfológica, dando con ello una idea mucho más precisa de la lesión. Gracias a esta versatilidad se consigue una localización exacta de la lesión y, por tanto, una mayor afinidad diagnóstica. Gracias a esta altísima precisión se han dado grandes pasos en diagnóstico y, en muchos casos quirúrgicos, en mejora de la intervención.

Con el auxilio de esta tecnología, y por poner un ejemplo, cirujanos como el Dr. Javier Mulet, coordinador de Cirugía de Juaneda Hospitales, pueden extraer adenomas de paratiroides con un orificio de 1,5 cm, que antes era de 5 o 6. «El abordaje quirúrgico de estas enfermedades (muy frecuente en casos de bocio nodular, con nódulos benignos) —explica el Dr. Mulet— se ha actualizado gracias a esta nueva tecnología, de forma que la cirugía es ya menos invasiva y tiene una mejor recuperación». Esta intervención se indica «cuando las paratiroides (de las que hay 4 o 6 en las glándulas tiroides, de menos de 1 cm, dos a ambos lados), son híper-funcionantes generan un aumento de la calcemia y de descalcificación del hueso, condicionando una osteoporosis». Para diagnosticar un adenoma de paratiroides e indicar el tratamiento quirúrgico más adecuado, «lo primero es realizar una ecografía. Luego puede hacerse una gammagrafía y un TAC con el SPET-TAC, lo que nos permite verlo en 3D, dónde está, qué tamaño tiene». Esta visualización facilita conocer «cómo afecta a las estructuras vecinas y si podemos hacer un mínimo acceso para alcanzarlo con más seguridad, teniéndolo siempre visible con un contraste y unas sondas que van a encontrar este adenoma, marcado previamente». Con esta tecnología se reduce la agresión, «ya que si antes hacíamos una incisión de 5 o 6 centímetros, con esta nueva tecnología podemos acceder con una incisión de 1,5 cm, e ir directamente sobre la paratiroides, siempre que anatómicamente se pueda llegar». Y añade el Dr. Mulet: «Una pequeña sonda de un centímetro, ya en el quirófano, nos localizará la glándula, la marcará, a partir de lo cual el cirujano puede comenzar a operar». Este marcador lo controla la especialista en Cirugía Radioguiada, la Dra. Catalina Sampol.

La Dra. Sampol es otra de los integrantes del Servicio de Medicina Nuclear de Juaneda Hospitales, dirigido por la Dra. Cristina Peña, y que se complementa con la Dra. Nuria Orta, experta en cardiología nuclear y la radiofarmacéutica Margarita Galmés. Gracias a esta nueva tecnología —añade el Dr. Mulet— «siempre vamos bien dirigidos, buscando ese adenoma, sin hacer daño a la glándula, evitando posibles lesiones de nervios recurrentes, posibilitando una recuperación rápida, en 24 horas». Es un ejemplo de las muchas prestaciones del SPETC-TAC de Juaneda Hospitales, al que se suman nuevas posibilidades diagnósticas, como estudios de amiloidosis, malabsorción de sales biliares o la detección del ganglio centinela en tumores ginecológicos.

El Servicio de Medicina Nuclear de Juaneda Hospitales mantiene su actividad en terapia metabólica en casos de cáncer de tiroides e hipertiroidismo, con una habitación específica para tal fin, donde el paciente atraviesa el proceso previo, con seguridad y comodidad. En esta nueva etapa se ha ampliado la cartera de servicios, ofreciendo la terapia con Ra223 para pacientes con metástasis óseas en cáncer de próstata, afianzando la apuesta de Juaneda Hospitales de ofrecer a sus pacientes la mejor y más avanzada tecnología médica.

Equipo de Medicina Nuclear de Juaneda Hospitales, con las doctoras (desde la Izquierda) Nuria Orta, Cristina Peña, Catalina Sampol y la radiofarmacéutica Margarita Galmés.

Doble observación de imágenes metabólicas y anatómicas

«La Medicina Nuclear —explica la Dra. Peña— permite, mediante el uso de radiaciones ionizantes, la realización de diagnósticos y tratamientos. Al paciente se le administra una dosis de radiofármaco, generalmente por vía endovenosa, seguro y de fácil eliminación».

Posteriormente, mediante la gammacámara se obtendrán imágenes metabólicas, que con el nuevo equipo se superponen a las imágenes anatómicas de la zona de estudio obtenidas con el TAC. Todo ello en una misma intervención, sin necesidad de mover al paciente. «La gammacámara transforma la radiación gamma (que emite el paciente tras la administración del radiofármaco) en una imagen que refleja el funcionamiento de las células u órganos que se están estudiando», explica la Dra. Peña. «Es decir, —añade— obtenemos imágenes metabólicas, a diferencia de las imágenes de radiología, que informan sólo de la morfología». Con estas imágenes «podemos detectar variaciones en el funcionamiento de cualquier órgano o sistema».

Dado que los cambios funcionales son mucho más precoces que los anatómicos, «el estudio nuclear se adelanta en la detección de los problemas a lo que sería un simple estudio de alteraciones morfológicas, visualizadas por radiografías, ecografías o TAC». Con esta tecnología de última generación «el estudio nuclear permite identificar más precozmente posibles lesiones, su localización y características metabólicas para un mejor diagnóstico y tratamiento de la enfermedad», concluye la Dra. Peña.