El Dr. José Luis Vidal (derecha) junto con otros médicos especialistas de Juaneda Hospitales, expertos en el Virus del Papiloma Humano | Foto: Juaneda Hospitales

Esta semana acoge el 4 de marzo, que desde 2018 es el Día Internacional de Concienciación sobre el Virus del Papiloma Humano, por iniciativa de la International Papillomavirus Society (IPVS). El Virus del Papiloma Humano (VPH) es la causa de todos los cánceres de cuello uterino (cáncer de cérvix) y de parte de los de vulva, pene, vagina, ano y orofaringe.

La prevención contra el cáncer de cuello de útero ha pasado históricamente por las revisiones semestrales o anuales que se realizaban las mujeres y que pivotaban sobre la citología, consistente en la extracción de células de la superficie del cuello uterino y el área que lo rodea para determinar, mediante un examen microscópico, posible alteraciones. Hoy, sin embargo, el paradigma ha cambiado, tal como explican profesionales de la talla del Dr. José Luis Vidal, coordinador de Ginecología Juaneda Hospitales, la Dra. Pepa Manzana, ginecóloga de este grupo, y la Dra. Laura García Ferragut, directora del Laboratorio de Análisis Clínicos: la determinación del VPH es la clave de la prevención.

La nueva evidencia científica señala que si bien el 80% de las mujeres va a entrar en contacto con el VPH a lo largo de su vida, solo un 5-10% de este porcentaje tendrá una infección persistente al no eliminarlo de modo natural y estará en riesgo de desarrollar el cáncer de cérvix (también llamado de cuello de útero). Desde esa perspectiva, las campañas de vacunación contra el VPH son tan importantes «que esperamos que tras la vacunación generalizada pueda ser eliminado en unos años», señala el Dr. Vidal. Y añade: «Con la incorporación reciente de los varones jóvenes ya se está vacunando a todos los adolescentes de 12 a 13 años». «Cuando tengamos toda la población vacunada —continúa explicando el Dr. Vidal— estaremos en situación de eliminar este cáncer, hito que se considerará cuando la incidencia mundial esté por debajo de 4/100.000 mujeres». Hasta que no se ha sabido que el origen de este cáncer era el virus, la única prueba para prevenirlo era la citología.

«Ahora sabemos que si no hay virus no hay cáncer, por lo que probablemente en poco tiempo el cribado de las mujeres no será la citología, que quedará en segundo plano, sino la detección del virus», concluye el coordinador de Ginecología de Juaneda Hospitales. Hoy la detección del virus y la citología conviven, aunque la segunda tiende a desaparecer.

La Dra. Pepa Manzano, ginecóloga de Juaneda Hospitales, con consulta en Clínica Juaneda.

Las doctoras Pepa Manzano, ginecóloga en Clínica Juaneda, y Laura García, directora técnica de los laboratorios de Juaneda Hospitales, apuestan por este mismo enfoque. En palabras de la Dra. Manzano, «no tiene sentido que a una señora que viene cada año hacerse su cribado, se le haga solo una citología». Es más, «las revisiones anuales no tienen por qué llevar implícita una citología. Existen nuevas directrices muy claras sobre el control, diagnóstico y seguimiento del VPH para detectar la población femenina en riesgo de cáncer de cuello uterino». Son directrices, añade la especialista, «que debemos implementar». Y lo que es más importante: «Las mujeres nos lo tendrían que pedir. Y es que muchas vienen a la consulta con intención de hacerse la revisión ginecológica anual y se les explica que es mejor hacerse una detección del VPH cada cinco años que una citología anual». La Dra. Manzano aboga por informar a las mujeres sobre el peso real de esta infección.

La Dra. Laura García Ferragut, directora del Laboratorio de Análisis Clínicos de Juaneda Hospitales.

La Dra. Laura García Ferragut, por su parte, destaca que «muchas personas asocian la infección por VPH con una conducta moralmente incorrecta, cuando lo que hay que hacer es normalizarla. Vemos personas que son cada vez más jóvenes y de tendencias sexuales diferentes, que ya vienen con VPH persistente». «El mensaje es que en las personas jóvenes el VPH no es un riesgo, por lo que sólo debe determinarse a partir de los 30 años», del mismo modo que «hablar de personas jóvenes con VPH persistente no es real, ya que el 90% de los menores de 30 años se 'limpian' del virus gracias a su sistema inmunológico» explica la ginecóloga Pepa Manzano.

Los programas de cribado deben de realizarse, según orden ministerial y recomendaciones de sociedades científicas, utilizado como primera prueba la detección del ADN del virus de HPV y, de ser positivo, complementarlo con la citología, según se recordó recientemente en la jornada «Actualización del VPH: la importancia de la vacunación multidisciplinar». La jornada, desarrollada en el Hospital Juaneda Miramar, «explicó todo lo que envuelve al HPV y el desarrollo del cáncer de cuello de útero, así como de otros tipos de lesiones donde el virus del papiloma humano también es el causante de la patología en un alto porcentaje de casos», recuerda el Dr. José Luis Vidal. En este encuentro con otros especialistas de diversos ámbitos de la medicina se explicó el circuito de vacunación «a las mujeres tratadas por lesiones precancerosas con vacunas del Ibsalut y los casos de pacientes en los que la vacuna no está subvencionada y que por recomendación individualizada deciden asumir voluntariamente en nuestras consultas».