Sin duda, Mallorca es conocida por el turismo. El sol, la playa y la Serra de Tramuntana son el reclamo de personas ávidas de un clima envidiable. Sin embargo, la gran mayoría se lleva un pedazo de sa Roqueta a través de sus productos más característicos. ¿Quién no ha visto en el aeropuerto de Son Sant Joan personas con cajas de ensaimada? Este, junto al moreno de la piel, es uno de los rasgos más característicos de que se ha estado en la Isla. Sin embargo, más allá de la ensaimada, que ya se puede comprar incluso en Japón, existen otros productos muy conocidos por los que visitan Mallorca.

Aunque según el tamaño no pueda llevarse en la maleta de mano, el Oli de Mallorca se ha convertido en otra delicatessen que los turistas deciden llevarse de vuelta a casa, al igual que las tan preciadas sobrassades, que hacen las delicias de quienes las prueban. Asimismo, cada vez son más los que optan por degustar alguna de las diversas cervezas artesanales que, cada vez más, se pueden encontrar en bares y restaurantes. Tampoco nos podemos olvidar de los vinos de la tierra, que ensalzan el sabor de la comida de los turistas.