El conseller insular de Presidència, Javier de Juan. | M. À. Cañellas

El conseller de Presidència del Consell de Mallorca, Javier de Juan, repasa con motivo de la reciente celebración del Día de la Mujer los principales proyectos que han impulsado desde la Direcció Insular d’Igualtat i Diversitat, que forma parte del departamento que dirige desde noviembre de 2021.

—El Consell reivindicó el 8-M el liderazgo femenino como «motor transformador». ¿De qué manera potencian este aspecto?
—La iniciativa surgió durante la pandemia porque en ese momento se destinaron muchas ayudas para reactivar a las empresas tras el confinamiento. Las mujeres son las que más padecieron esta situación, según un estudio de la Universitat de les Illes Balears, porque lideran más los índices de paro y lo tienen más complicado a la hora de emprender, debido a la conciliación familiar. Por esta razón, ideamos una primera ayuda de 700.000 euros que, en un 40 %, fue a fondo perdido para hacer la primera inversión. El 60 % restante fue para los gastos de explotación a devolver con cero interés en un máximo de siete años. El dinero que vayan devolviendo irá a un fondo para financiar otras subvenciones para mujeres. Ahora ya vamos por la tercera edición, que cuenta con un presupuesto de 1,6 millones.

—¿Qué frutos está dando?
—Está funcionado muy bien y ya hemos hecho unas jornadas con las solicitantes de la convocatoria para explicarles el proceso. Ellas presentan un proyecto y personal de la Cambra de Comerç evaluan su viabilidad económica para evitar al máximo que fracasen. Las ayudan con el estudio de mercado y les aconsejan sobre cómo hacerlo. Todos tiene que tener un valor añadido por su impacto social y ambiental positivo. Por ejemplo, una mujer de Inca está impulsando una empresa de calzado ecológico y otras dos chicas han puesto en marcha una clínica muy centrada en evitar impacto sobre el medio. Otro proyecto busca crear una plataforma de comercio electrónico de ropa reutilizable para bebés. Asimismo, una mujer propuso dedicarse a gestionar individualmente el duelo de una persona que pierde a un ser querido, acompañándola y adaptándose a cada caso concreto.

«Estamos trabajando para poner en marcha un centro contra las adicciones y otro de inserción laboral»

—Difundieron esta iniciativa en unas jornadas de igualdad en Vigo. ¿Alguna comunidad la replicará?
—Representantes de las diputaciones de León, Albacete y Girona nos pidieron tras la jornada si podíamos explicarles la parte técnica del proyecto sobre cómo retornar parte del dinero invertido durante los próximos siete años. Querían saber cómo habíamos organizado este sistema para estudiar su implantación. El Consell d’Eivissa también está interesado.

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—Empezaron el año con el Projecte Aurora, que duplica hasta 101 las plazas de acogida para víctimas de violencia machista. ¿Cómo trabajan estos casos?
—La red Aurora es un salto importante. Desde hace muchos años hacemos asesoramiento, campañas de sensibilización y estamos interesados en dar una respuesta global contra los problemas que genera la violencia machista. Tenemos un servicio para atender psicológica y jurídicamente a las víctimas, pero debemos disponer de más recursos para poder ofrecer una alternativa habitacional lo más adaptada a las necesidades de las mujeres. La entidad del tercer sector Intress se encargará de la gestión de los 30 pisos que tenemos en toda Mallorca para atender a las mujeres y sus hijos que no puedan vivir en su casa porque sufren violencia machista. De hecho, estrenaremos un centro especial de hasta 10 plazas para atender a mujeres con problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, a causa de la violencia machista. Será temporal, para recibir un tratamiento; tras pasarlo, podrán volver a casa o seguir en uno de los pisos de acogida.

—¿Harán más centros para tratar otros problemas derivados?
—Más adelante queremos hacer otro contra adicciones y otro de inserción laboral para que se puedan independizar económicamente a fin de evitar que dependan de su pareja maltratadora. Con todo esto buscamos dar una respuesta desde el principio hasta el final del proceso para evitar que recaigan y puedan volver a ser víctimas. Se trata de un acompañamiento durante todo el proceso. Por eso tenemos presupuestados este año 7 millones de euros.

«León, Albacete y Girona están interesadas en nuestro proyecto de emprendimiento y liderazgo de mujeres»

—El Consell ya dispone de su primer plan de igualdad y los promueven en el resto de municipios. En la práctica, ¿qué aportan?
—Como institución era nuestro deber tener un plan de igualdad interno, como deben tenerlo las empresas y las organizaciones. Las propias leyes internas del Consell no permiten que haya desigualdades entre hombres y mujeres tan acusadas como en una empresa privada, porque cuando se hacen oposiciones o relaciones de trabajo, por ejemplo, ya se garantiza una igualdad de oportunidades. En una empresa quizás no sea así. Pese a eso, hay cosas a mejorar, como que haya trabajos más feminizados y otros masculinizados. Se da porque los candidatos son esos. En cuanto a diferencias salariales, en la base no se dan, pero sí en complementos. Respecto a los planes estratégicos con los ayuntamientos, debemos promoverlos, pero en vez de hacer uno insular, era más interesante hacerlo directamente con cada municipio para ir de la mano. Con el fin de incentivar a que los hagan, pedimos que hagan un plan y, cuando lo tengan, les damos financiación. Se trata de líneas marco, como trabajar la sensibilización, pero también de participación. No queremos que hagan estos planes solos, sino que deben involucran a todas las entidades sociales de su municipio, como el club de fútbol o la asociación de gente mayor, entre otros. En breve firmaremos un convenio con la Mancomunitat Pla, que aglutina a 14 localidades.

—¿La campaña de concienciación No i punt! contra agresiones sexistas en las fiestas de Mallorca ha reducido los casos?
—La iniciativa la ideó el Ajuntament de Palma y nos dejaron usarla. La popularizamos mucho en la Part Forana. No es una campaña cualquiera porque hay personas formadas que están allí, en las fiestas, para atender cualquier situación. Está funcionando porque hay buena interacción con los ayuntamientos. El hecho de haber estos puntos ya sirve como elemento disuasorio, pero también han servido para atender casos de agresión. Cuantos más puntos tenemos, más casos podemos detectar. Actuamos en 30 municipios, pero no coinciden muchas fiestas en un mismo día.

«La campaña ‘No i punt!’ está funcionando muy bien porque hay buena interacción con los ayuntamientos»

—¿Qué esperan tras de la creación de la primera liga mallorquina de fútbol femenino?
—Es una iniciativa del Departament d’Esports, pero está en la línea de hacer políticas transversales de igualdad. Creo que es histórica porque permitirá conquistar espacios muy masculinos, cuando hay muchas niñas que quieren jugar. Lo mismo pasa con el tema de las collidores de aceitunas, a las que hemos sacado a la luz porque hasta ahora no sabíamos quiénes fueron. Son las precursoras de las Kellys, pero fueron silenciadas por ser mujeres; de haber sido hombres las conoceríamos.

—Continuamente hablan de «construir pueblos feministas». ¿A qué se refieren?
—El Consell tiene en su ADN impulsar políticas de igualdad en todos los municipios, incluidos los pueblos pequeños que tienen menos de 20.000 habitantes. Ese siempre ha sido nuestro lema, con el objetivo de impregnar a todas las localidades de políticas de género. Por eso hacemos formaciones y talleres.